viernes, 16 de julio de 2021

Final

 


Rosario y Pepe están conmocionados mientras que la policía se llevan los cuerpos de José Fernando y Lucas. En cierta manera, Pepe se siente culpable. Pepe llora lágrimas de sangre:

--Yo no supe ver lo que estaba pasando. No lo pude ayudar.

Muy triste por el dolor de su amado, Rosario le pone la mano en el hombro:

--tú no podías hacer nada.

Pepe no tiene consuelo:

--¿y cómo le explico yo eso a su madre? ¿y a mi padre? Fátima y mi padre han sufrido mucho, ahora podrían ser felices y en cambio ¿cómo se le dice a esa mujer que acaba de sobrevivir a la muerte que su hijo está muerto?

Rosario trata que Pepe se gire:

--Fátima tiene una hija con tu padre, saldrá adelante y tú también saldrás a adelante, esperamos un hijo.

Pepe se gira, acaricia a Rosario:

--has sufrido tanto y yo a ti tampoco te comprendí. A ti también te he perdido.

Rosario lo mira enamorada:

--a mi nunca me perdiste, yo siempre te amé.

Rosario y Pepe acercan sus labios, están a punto de besarse pero los interrumpe un policía:

--me tienen que acompañar, tienen que declarar.

Rosario y Pepe se apartan el uno del otro con cierto pudor.  No se dicen nada pero ella le ofrece la mano y él se la toma y salen agarrados de la mano y van hacia la comisaría.




Mientras, en una clínica, Fátima está en la ventana. Mira al pueblo. Poco a poco, con ese pueblo bajo sus pies, todos sus recuerdos vienen a su mente: cuando conoció a su marido, el nacimiento de su hijo, las humillaciones por las que la hizo pasar Fernando, la aparición de Pepe en su vida, su primer beso, su primera vez. Su rostro se llena de lágrimas. Se abre la puerta. Entre Pepe. Ella le sonríe. Él se acerca a ella. Trata de ser fuerte para que ella no note lo que ha pasado. La acaricia:

--me alegro verte mejor, Fátima, estoy segura que dentro de poco volverás a ser la de antes.

--¿y mi hijo? Acabo de recordar que tengo un hijo. No sé porque lo olvidé todo excepto a ti.

Fátima se siente mal de haber olvidado a su hijo y no a Pepe. A Pepe se le escapan unas lágrimas. No le quiere decir que su hijo ha muerte y cambia de tema:

--¿sabías que esperabas un hijo mío?

Fátima lo mira emocionada:

--aún no tengo claras muchas cosas ¿tuvimos un hijo?

--Si, se llama Maria Belén. Ella está un poco aturdida. No sabía que eras su mamá.

--No entiendo.

--es una larga historia, luego te la explico. Estoy seguro que vas a querer mucho a nuestra hija.

El hombre sale pero entra al rato con Maria Belén de la mano. Fátima mira a su hija llorosa. María Belén se acerca a ella con curiosidad:

--Yo vi una foto tuya.

Fátima se pone en cuclillas para abrazar a esa niña. No dicen nada, pero se funden en un cálido abrazo empezando a reconocerse como madre e hija. María Belén siente por primera vez el amor verdadero de una madre 


Pepe hijo y Rosario llegan a la casa de José Fernando.

--es tan duro tener que volver aquí, después de lo que ha pasado.

--Es mejor que estemos juntos y yo no quiero volver a casa de Sandra. La policía tiene rodeada las dos casas por si aparece Sandra, tenemos que estar juntos.

--esa mujer es tan loca pero yo prefiero quedarme aquí, a ver si Carmelo me llama o sino lo tengo que ubicarlo, tiene derecho a saber que su hermano ha muerto.

--entonces esperamos aquí. Ángel no debe tardar en venir.

Pepe va mirando esa casa en la que pasó buenos momentos en su adolescencia:

--me parece una pesadilla. Yo conocí a José Fernando hace tantos años, lo veía como alguien muy lejano,  hasta creí que me odiaba. Nunca llegué a pensar lo que él sentía, ese sentimiento que lo volvió loco. ¡¡hizo lo posible por separarnos¡¡¡te violaron, por mi culpa te violaron¡¡

Pepe llora derrotado y Rosario lo abraza:

--ya está, yo quiero olvidar el pasado. Lo que más quiero es olvidar y ser feliz a tu lado.

Pepe la mira con ternura pero desconcertado:

--después de todo lo que ha pasado. Después de todo lo que has sufrido por mi culpa, yo he sido tan injusto contigo¿como puedes querer volver a mi lado?

Rosario le sonríe. No dice nada. Sólo le da un tierno beso en la mejilla que con los ojos cerrados él disfruta. Luego ella toma la mano de su amado y se la pone en el vientre de ella:

--aquí crece tu hijo, es una parte de ti y de mi.¿no crees que por ese hijo tuyo y mío que crece en mi vientre merece la pena que lo intentemos? Sin olvidar lo mucho que te amo. Eres el gran  amor de mi vida.

Pepe mira a Rosario emocionado, acercan de nuevo sus labios, casi se rozan. Tocan al timbre. Se separan con un sabor de frustración. Es Ángel y aunque no le dicen nada tiene la impresión que ha interrumpido algo.


Por su lado, Sandra trata de huir de la policía. Llega al apartamento del chico del laboratorio que la ayudó a falsificar los análisis de paternidad. El hombre se asusta.

--¿qué haces aquí?

Sandra está desesperada: lo apunta con el arma que se ha llevado.

--¡¡tú me vas a ayudar,  sino te hundo conmigo¡¡tengo escondido dinero, lo vamos a repartir pero pobre de ti que me traiciones porque mis cómplices van a acabar contigo¡¡

El hombre traga saliva:

--¿que es lo que quieres?

Con ansiedad, Sandra dice:

--¡¡me tienes que dar algo¡¡


Al día siguiente, Rosario junto a Pepe y Ángel vela los restos de Jose Fernando. Oyen un llanto desconsolador, es Fátima que llega junto a Pepe. Fátima se abraza con amargura al féretro de su hijo. Pepe está detrás de ella angustiado. Su hijo se pone a su lado:

--¿porqué la trajiste? esto no puede ser bueno para ella.

Con miedo a que tenga razón, Pepe padre dice:

--no se lo podía ocultar.

Fátima, con un llanto desgarrador, acaricia el ataúd de su hijo:

--¿qué te pasó, mi amor? No te supe cuidar, todo fue mi culpa. Yo no estuve a tu lado para ayudarte.

Pepe hijo se siente culpable de lo que pasó, se acerca a Fátima con timidez:

--le juro que yo no quería que esto pasara, yo...

Pepe hijo llora, no le salen las palabras. Fátima lo acaricia, luego se hunde en brazos de su amado. Pepe padre trata de calmarla:

--piensa en tu hija, tienes que ser fuerte y piensa en mi,  los dos hemos sufrido tanto, ahora podemos ser felices.

Fátima no dice nada, sólo llora. Carmelo y Antonia llegan en ese momento. Rosario no se da cuenta. Carmelo pone sus manos en los hombros de su madre:

--ya llegué, mamá.

Rosario se gira. Acaricia a su hijo emocionada:

--mamá,  me llamaste mamá.

Carmelo la mira con emoción:

--eso eres,mi mamá.

Madre e hijo se abrazan. Luego mientras Rosario abraza a Antonia, Carmelo se acerca al féretro. Pone su mano sobre el ataúd:

--descansa en paz, hermano. Me hubiera gustado conocerte mejor.

Y Fátima que estaba en brazos de Pepe se gira y se impresiona mucho ya que Carmelo es el vivo retrato de José Fernando:

--hijo... eres tú.

Fátima no dice nada más, ya que ante el estupor de los otros que no saben qué decirle, se desmaya.



Por su lado, Sandra está con su cómplice el abogado.

--¡¡esto es una locura¡¡mejor es que escapes¡¡estás metida en un buen lío¡¡

--¡¡no,  yo no voy a huir. Esto es mi mejor alternativa¡¡ luego te daré mucho dinero¡¡

--pero hacerte pasar por muerta ¡¡es una locura¡¡

--¡¡justo después de mi entierro tú me vienes a buscar. Un amigo mío estará ahí y te ayudará. Supongo me enterrarán  rápido y no habré despertado. Tú te puedes ocupar que me entierren rápido ¡¡todos me darán por muerta y podré huir tranquila ¡¡

--¡¡es muy peligroso¡¡

--¡¡me ayudas o me ayudas¡¡¡si me traicionas vivirás perseguido porque tengo muchos cómplices¡¡

--Está bien ¿y cuando lo vas a hacer?

--¡¡quiero volver a la casa de José Fernando, aprovecharé  ahora que está vacía.  Necesito más dinero¡¡

--¡¡no puedes volver a esa casa,  debe estar rodeada por la policía¡¡

--ellos saben que soy demasiado inteligente. No van a creer que me vaya a asomar por allí¡¡

Mientras la pareja sigue hablando se dan cuenta que la policía ha rodeado el apartamento. 

--¡¡ya estamos perdidos¡¡¡no vamos a poder escapar¡¡

--claro que sí, me buscan a mi. Tú sal por la ventana. Te espero en mi entierro --dice ella.

El abogado no se lo hace repetir. Sandra se toma la medicina que su otro cómplice le dio y la policía se la encuentra tirada en el piso. La dan por muerta. Como ven que huye y lo ven sospechoso, sí persiguen al abogado que al tratar de huir es atropellado por un carro y muere al instante.


Fátima recobra el conocimiento, Pepe padre trata de animarla. Carmelo está con ellos:

--yo no soy su hijo señora. Soy Carmelo. José Fernando era mi hermano.

Fátima está muy aturdida, Rosario se acerca a ella:

--no es el mejor momento pero... su marido me violó. Carmelo es hijo mío y de su esposo.

Fátima siente que ha salido de un infierno para caer a otro. Pepe padre trata de hacerle sentir su amor para que no acabe enloquecida de verdad. Maria Dulce, la esposa de Kiko, entra en ese momento. Se acerca a Ángel. Muy nerviosa le pide las llaves de su casa:

--¿¿qué te pasa?

--quiero comprobar algo.

Ángel no está para preguntas y se las da sin decir nada.


Kiko y Gabriela han hecho el amor en casa de Ángel. Él se viste a toda prisa. Está sofocado.

--todo esto ha sido una locura, no debi dejarme llevar.

Gabriela lo besa:

--tú me gustas o yo a ti. Así no le hacemos daño a nadie.

--pero si Ángel y Dulce se enteran que somos amantes van a sufrir mucho.

Ninguno de los dos se da cuenta que Dulce ya ha entrado en la casa y ha escuchado lo que dicen. Kiko no puede con sus remordimientos:

--¡¡es que esto va a acabar mal,  ya tenemos en nuestra consciencia un crimen¡¡este pobre chico al que atropellé estando contigo y que casi mato¡¡

--¡¡pero no murió¡¡

--¡¡pero lo dejamos tirado y eso es un delito¡¡¡podemos ir a la cárcel¡¡

Es entonces cuando Dulce se da a conocer:

--¡¡e irán a la cárcel porque no los puedo denunciar por ser amantes pero sí por el delito que cometieron¡¡

Gabriela se enfrenta a ella:

--¡¡no podrás probarlo¡¡

Kiko está abatido, siente que todo ha acabado.


Entre el dolor de su familia, José Fernando es sepultado en el mismo panteón en el que reposan su padre y su abuela. Fátima de rodillas y de negro llora destrozada. Con ella está Pepe. A su lado está Carmelo, muy triste, con Antonia. Detrás Pepe y Rosario, de negro y tristes. Ángel está con Dulce y otros familiares. Luego es el entierro de Sandra al que no asiste nadie. En la noche, el chico del laboratorio entra en el cementerio dispuesto a desenterrar a Sandra para hacerla volver. Pero el vigilante lo sorprende. En seguida llama a la policía. Al ver que lo arrestan, el hombre se desespera:

--no lo entiende, no hay tiempo ¡¡si no la sacamos de ahí, va a morir¡¡

--¡¡usted es un ladrón de tumbas   ya explicará lo que tenga que explicar en el juicio¡¡ --le dicen.

--¡está viva¡esta mujer está viva¡

Lo meten en la cárcel y nadie escucha su grito. Creen que está loco o que es una excusa para justificar que iba a robar. Mientras Sandra, metida en su ataúd, no entiende porque nadie la ha sacado aún. Golpea hasta quedarse sin fuerzas:

--¿estúpidos, no se van a librar de mi ¡¡¡jamás¡¡jamás¡¡ --y va gritando y golpeando la caja ante que sus fuerzas la consume y acaba muriendo.



En la casa de Jose Fernando, la familia se reúne para hablar de la herencia. Rosario se entera que no es la viuda de José Fernando y Pepe no desea la herencia de Sandra al saber que provenía de José Fernando. Rosario y Pepe acuerdan que todo se lo quede Fátima. Ésta que está al lado de su Pepe dice:

--esta casa no me corresponde a mi, era de mi primer esposo. No me trae buenos recuerdos pero mi hijo la quería y no quiero que se venda

Mira a Carmelo que está con Antonia y dice:

--tú eres el heredero de mi marido, esa casa te corresponde. Quiero repartir la herencia de mi hijo contigo. Tu hermano es lo que querría.

A Carmelo le gusta la casa pero no que sea de su padre

--¡¡no, yo no quiero nada de ese hombre, de su esposo ¡¡ --Carmelo.

Rosario se acerca a él:

--hijo, yo no le guardo rencor a ese hombre porque gracias a él te tengo a ti. Y es la casa de José Fernando. Es tu hermano. A él le gustaría que te la quedaras. Te hará falta dinero  ahora que vas a tener un hijo.

--está bien.

Carmelo abraza a Antonia y Fátima abraza a Pepe. Luego mientras Rosario atiende una llamada, Pepe habla con Ángel:

--¿y qué pasó con Kiko y Gabriela?¿se van del pueblo? si no irán a la cárcel.

--Ya que Carmelo no presentó cargos pues son libres. Pero que yo sepa no están juntos, aunque tampoco me importa.

Rosario se acerca a Antonia, está triste. Una  vecina le ha contado algo:

--tu padre está en el hospital, tiene un coma etílico. Está muy mal, no va a sobrevivir

Antonia y Carmelo se abrazan.




Días después...

Carmelo está hablando con Rosario, están en la casa de José Fernando.

--¿así no te quedas aquí, mamá?

--No, yo prefiero ir a la casa de mi hermana. Ya que Antonia no se quiso quedar con esa casa Pepe y yo viviremos allá.

--Yo tampoco quiero volver allá, que Dios lo haya perdonado pero Casimiro no fue bueno con nosotros.

--A mi esa casa me trae recuerdos de mi hermana. No quiero vivir aquí, aunque creo que es prematuro que viváis juntos.

--mamá, vamos a tener un hijo y ya que el dinero no nos falta, no tendremos que trabajar,  seguiremos estudiando.

Pepe entra en ese momento:

--ya están las maletas en el carro.

Rosario y Pepe se miran muy enamorados. Rosario y Carmelo se abrazan. Antonia baja en ese momento. Carmelo la abraza. Los dos miran la casa:

--nuestra casa, nuestro hogar. Tuyo y mío.

Los adolescentes se miran muy enamorados. Rosario entra en el coche, Pepe está a su lado. Se sonríen. 

--¿vamos a nuestra casa, señora? --dice él con dulzura.

--es un sueño, es un sueño que vayamos a estar juntos.

él sonríe muy seductor y se pone en marcha.


1 año después... Suenan campanas de boda. Fátima, precedida de la pequeña María Belén, recorre el altar. Vestida de blanco pero sin velo. En el altar la espera Pepe padre. Traga saliva. Es su sueño hecho realidad. Pero no es la única novia. Rosario va detrás de ella. Al lado de su padre está Pepe hijo con lágrimas en los ojos. No puede creer que después de todo lo que ha pasado al fin se case con la mujer de su vida. Y Antonia es la tercera novia. Carmelo le guiña el ojo. Los tres novios, muy guapos ellos, se miran con complicidad compartiendo su felicidad, sus nervios. Blancas y radiantes Fátima, Rosario y Antonia recorren el pasillo que las lleva hacia sus amados. Las tres parejas de novios se toman de las manos y con el amor en sus miradas unen sus vidas para siempre. Otra pareja sigue la ceremonia feliz: Dulce y Ángel se han casado y esperan un hijo. Los dos comparten su dicha con el hijo de Dulce y Kiko. Con un te amo y un beso acaba la triple ceremonia. Maria Belén es la primera en felicitar a sus papás. Luego estos novios se hacen atrás. Antonia va a buscar a su bebé, Alejo. Rosario a su hija Fina. Luego estos dos pequeños son bautizados ante la mirada de los felices papás Carmelo y Pepe. Antonia y Carmelo; Pepe y Fátima; Pepe y Rosario son la estampa viva de la felicidad.


fin





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