sábado, 3 de julio de 2021

Capitulo 18

 


Llevado por el subconsciente, Pepe va al cementerio a visitar la tumba de su madre. No sabe bien porque lo ha hecho ya que nunca antes había visitado esa tumba que está bastante abandonada. Se sorprende al ver a Rosario. Se acerca a ella molesto.

--¿¿se puede saber qué haces aquí?¡¡¡creí que habías madurado y que ya no me perseguías pero veo que me equivoqué¡¡¡es que tú no respetas nada¡?¡¡

Aunque se ha alejado de él durante estos años, aunque se ha tragado sus sentimientos la llama del amor sigue encendida y le duele que, en un momento tan duro, Pepe la trate tan feo. El guapo chico aturdido por unos sentimientos que no entiende agarra a la joven del brazo y le dice con dureza:

--¿¡por qué me has perseguido hasta aquí, porque?¡

Rosario lo abofetea y él la mira con mucha rabia, la mira con ganas de devolvérsela aunque no sabe bien si como bofetada o como beso. Rosario no le da tiempo a hacer ninguna de las dos cosas ya que llorando le reclama:

--¿¿pero se puede saber qué es lo que te he hecho yo?¡¡¡porque me odias de esta manera¡¡¡?yo no te he hecho nada¡

--¿¿ah no?¡¡Y porque me has perseguido hasta aquí?¡¡ni siquiera me vas a dejar que llore tranquilo a mi madre¡¡?

Destrozada, Rosario le dice:

--¡¡¿y yo?¡¡¡¡¿es que yo no tengo derecho a llorar tranquila a mi hermana que fue como una madre¡¡¡?

--¿¿de qué hablas?¡¡

--¡¡pues eso... que yo he venido a llevar flores a mi hermana, no sabía que las tumbas de nuestras familias están tan cerca¡

Pepe la mira confundido. La tumba de Fina está bien cuidada y llena de flores. Rosario se da cuenta que la otra tumba no está cuidada y dice:

--¡es evidente cual de los dos viene seguido¡¡¡en todo caso soy yo la que debería reclamarte que me persigas¡¡

--yo lo siento... --dice él temblando.

--¡eres un imbécil¡¡no te quiero ver más¡

Rosario se va llorando y ahora es Pepe el que la persigue:

--perdoname, yo lo siento... no sabía... ¡¡es que soy un imbécil¡¡

Pepe se lleva las manos a la cabeza, Rosario no le hace caso y apresura el paso.

--¡para no?¡¡podemos hablar tranquilamente?¡¡estoy intentando disculparme¡¡

--¡no tiene caso¡¡

--¡¡al menos acepta desayunar conmigo para recompensarte¡

Rosario sigue caminando cada vez más deprisa, Pepe la sigue:

--esperate, te llevo a casa... ¿cómo viniste?

Rosario se para de repente.

--por fin --dice él.

Ella se gira y le dice:

--¡te has pasado años pidiéndome que te deje en paz,  pues ahora te lo pido yo¡¡¡ no quiero saber nada de ti¡¡

Algo triste iba a darse la vuelta pero de repente Rosario se derrumba. Se le cae encima el dolor por todo el desamor que le ha demostrado Pepe, el dolor por la muerte de su hermana, la desesperación por tener que llevar la carga de una casa, dos niños, un cuñado borracho. Llora desesperadamente. Pepe la abraza. Es un abrazo lleno de ternura. Los dos se funden el uno en brazos del otro. El guapo chico la acaricia y le dice:

--perdóname, yo no te quería lastimar. No pensé en lo mucho que tú debes estar sufriendo.

Rosario no puede creerse que esté en brazos del hombre que lleva amando toda la vida. Lo mira y esa mirada la llena de paz. 

--no perdóname tú por meterte en mis broncas.

Pepe sonríe y esa sonrisa la ilumina a ella.

--¿y ahora sí me vas a permitir que te invite a tomar algo?

Rosario hace que sí con la cabeza. Le gusta sentir el cuerpo del chico con el de ella. Le parece un sueño, un sueño del que no quiere despertar. Empiezan a caminar, él le acaricia la mano tímidamente. Los dos se miran y suspiran.


Pepe y Rosario se van a una cafetería. Hablan de todo y de nada. Los dos se miran con mucha intensidad. Luego van a casa de ella. No hay nadie y se dejan llevar por la pasión. Caen sobre la cama de ella. Rosario no puede creer que su sueño se vaya a hacer realidad. Se deja girar por su instinto y empieza a desnudar al chico. Ella se ve muy experta al lado del asustado chico. Pepe se para de golpe

--no, tengo miedo... es mi primera vez --jadea él asustado.

--también la mía, haré el amor por primera vez... he esperado por siempre este momento. No me dejes. Yo te lo daré todo. No me dejes, no ahora

--no te pienso dejar, por eso tardé tanto... porque eres tú, tú tenías que ser la primera pero tardé en verlo --dice él acariciándola con dulzura.

Rosario grita de placer y felicidad cuando el guapo chico se clava en ella. Le clava las uñas en la espalda. Es como si quisiera sentirlo muy suyo para toda la vida, como si no quisiera que se separaran. Pepe explota al poco rato y cae al lado de ella retorciéndose de gusto. La mira aún jadeando para ver como ésta.

--siento si no te gustó,  ya sé que fui rápido yo... --dice tímido.

Ella lo calla por un beso:

--por primera vez no me arrepiento, por primera vez no es un error.

--¿lo dices en serio?

Rosario lo mira enamorada y dice:

--por primera vez repetiría.

Pepe lo mira seductor y dice:

--pues tendrás que esperar un rato porque así no vamos a ningún lado.

Los dos se ríen.

--Es tan bonito oírte reír. Me alegro que al menos esto haya servido para borrar esa tristeza de tu rostro. --dice él acariciándola con suavidad.

Ella besa la mano del guapo chico y dice:

--me has hecho la mujer más feliz del mundo.

Pepe la mira contento:

--¿de veras?¿de veras eres feliz a mi lado después de lo mal que me porté contigo?

--he esperado este momento toda mi vida.

Pepe sonríe. Ella sigue hablando:

--¿pero qué es lo que nos ha pasado?

--no lo sé pero me gusta.

--¿me quieres?

--ahora tengo un lío en la cabeza... dame tiempo... ¿sí?

Ella lo mira fijamente y dice:

--claro que sí, llevo esperándote desde los 12 años y ya no me viene de aquí. Te amo, te amo mucho y soy tan feliz.

Aunque está algo confundido Pepe se siente muy a gusto. Se tumba bien en la cama con los brazos bajo la cabeza. Saborea el momento que ha vivido.

--hoy es el día más feliz de mi vida. Me gustaría no tener que moverte de la cama nunca --Pepe.

Rosario de repente se da cuenta de la hora y se levanta aturdida:

--¡es tardísimo¡¡tengo que ir a la escuela a por los niños¡

Rosario se viste de prisa y le tira la ropa al joven.

--¿Nos vemos luego? --pregunta él.

Rosario lo mira, lo besa:

--Dios mío, claro que sí. Es un sueño,  un sueño. No me puedo creer que estemos juntos...

--pero no te prometo nada.

Ella no se cansa de besarlo y acariciarlo:

--no te pido nada, soy feliz de que me dejes intentarlo.

Los dos se miran, él acerca sus labios a los de ella muy dulcemente. Poco a poco de la dulzura pasan a la pasión...







3 años después... Rosario y Pepe están desnudos en la cama después de haber hecho el amor. Los dos se ven muy felices. Ella reposa su cabeza en el pecho de él.

--te amo, te amo. Te amo tanto, Pepe.

Él la acaricia sonriendo, asiente con la cabeza. A pesar de llevar una vida de novios oficialmente no han dejado de ser amigos y él nunca le ha hablado de sus sentimientos. Ella está a su lado sin presionarlo.

--Nos tenemos que ir ya --dice él agarrando su ropa.

--¿ya va a venir tu padre?

--no te hagas la tonta. Hoy tenemos que celebrar mi 23 cumpleaños. Sabes perfectamente que tenemos una cena con mis amigos. Ángel ha venido sólo para eso a pesar que su abuela está enferma cenará con nosotros.

--pero es que tú ya sabes que no me gusta estar con ellas. Dulce y yo éramos muy amigas pero ahora ya no es como antes y tus amigos me miran feo. Se ríen de nosotros... y todo...

Ella agacha la cabeza, él vuelve a la cama y dice con sinceridad:

--ya sé que nadie apostó por nosotros, que creían que era uno más para ti... a mi no me importa tu pasado. Lo que digan los demás.

Llorosa Rosario le dice:

--pero es que no es fácil que tus amigos te estén recordando siempre que los dos se acostaron conmigo.

él la mira con ternura y a pesar que nunca lo ha confesado se muestra muy enamorado:

--pero a ninguno le has entregado tu corazón. A mi no me importa lo que hayas hecho con tu cuerpo, me importa lo que hagas con tu vida ahora y ahora eres mía. Sólo mía.

Rosario lo acaricia enamorada y dice:

--de eso no te quepa duda. Re amo y nunca amaré a otro. Nunca seré de otro.

Los dos se miran enamorados y están a punto de besarse. Los interrumpe el teléfono. Pepe toma la llamada.

--¿Ángel que pasa?

--(...)

--vaya sí que lo siento. Te acompaña en el sentimiento, tío.

Pepe cuelga y Rosario lo mira:

--¿qué pasó?¿quién se murió?

--se anuló la cena, murió doña Antonia, la abuela de Ángel --dice con tristeza.

Rosario abraza a su chico que recuerda con tristeza cuando iba a comer a casa de la anciana.

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Final

  Rosario y Pepe están conmocionados mientras que la policía se llevan los cuerpos de José Fernando y Lucas. En cierta manera, Pepe se sient...