sábado, 3 de julio de 2021

Capitulo 22

 





José Fernando ya saborea su victoria, no tiene ninguna duda que Rosario beberá del vaso que le ha ofrecido Lucas disfrazado de vendedor. ¿porque habría que rechazarlo si todo el mundo está feliz aceptando el refresco gratis? El chico no puede imaginar que su padre usó ese mismo truco para abusar de Rosario. Aunque nunca supo lo que pasó, Rosario siente pánico hacia ese desconocido que le ofrece un vaso para beber. Por instinto tira el vaso al suelo y se va corriendo. Ni Lucas ni José Fernando han entendido nada.

--¿y a esta que le pasó? --dice José Fernando al acercarse.

--no sé, está loca, loca.

--¡¡eso es que hiciste algo¡¡¿que le dijiste?

--yo nada. Me ofrecí un refresco como hice con los otros. Todos aceptaron.

--pues devuelve estas porquerías al tendero y sigue a esa cualquiera y piensa algo para que su novio se dé cuenta de que es una perdida.

--¿y si lo que quieres es acostarte con la chica?¿porqué tengo que hacer todo este circo? ¿no es más lógico que la seduzcas tú? ¿o es que...?

José Fernando no le deja seguir y es que no quiere que nadie cuestione sus sentimientos:

--¡¡no te pago para que opines de mi vida¡¡¡tú aceptaste un trabajo y tienes que cumplirme¡¡

--si tranquilo, no te voy a quedar mal. La otra vez lo hice bien.No me puedes juzgar ahora por un error.

--pero debes hacerlo rápido. Yo no me voy a poder quedar mucho más tiempo y el asunto tiene que quedar listo ya.

--te lo juro.

José Fernando se queda más tranquilo y deja solo a Lucas.






Mientras Pepe se viste después de ducharse, él y su padre hablan.

--¿vas a salir con tu novia?

--no es mi novia.

Pepe padre le sonríe:

--¿ah no? ¿y como le llaman ahora? --dice con ironía.

Con algo de vergüenza, el chico dice a su padre:

--sólo somos amigos, salimos, nos divertimos...

--haceiis el amor...

El chico se da la vuelta porque no quiere que su padre le vea a los ojos. Aunque no sabe bien por qué. No le gusta hablar de sus sentimientos.

--no te tiene que dar vergüenza estar enamorado, hijo.

Algo agobiado, el chico dice:

--¡es que no sé porque hay que ponerle palabras a las cosas¡¡¡Rosario es mi amiga, estamos bien y punto¡¡que manía la gente de ponerle etiqueta a las cosas¡¡

Pepe padre le sonríe con cariño y dice:

--como quieres, no te enojes¿vas a salir con Rosario?

--si, nos vemos en la noche un rato. Cuando ya sus sobrinitos duerman, como siempre.

El hombre da un beso a su hijo y lo deja solo. Cuando cierra la puerta de la habitación de su hijo, Pepe padre sonríe:

--está enamorado, claro que está enamorado. Mi hijo está tan enamorado de Rosario como yo lo estoy de Fátima.

El hombre se acaricia el labio con nostalgia pensando que casi la besó:

--yo sé que me ama, Fátima siente por mi lo mismo que yo por ella.No puedo perder mi única oportunidad de ser feliz. Debo ir a por todas a por ella.



Por su lado, Rosario llega a su casa. El viudo de su hermana está como siempre borracho.

--¿otra vez llegando borracho, Pollo?

--¡¡ya, ya. Déjame en paz¡¡¡¡tú ocúpate de tus cosas¡¡¡a buena hora vienes¡¡

--pero es que los niños están a punto de llegar, dentro de poco debo ir a buscarlos a casa de la vecina que le da las clases, no deben verte así.

--¡¡deberías ser tú la que te ocuparas de los niños en vez de dejarlos con una extraña¡¡

--¿¿y para que quieres que los niños estén aquí? ¡¡ellos se asustan¡¡¡ Te debería dar vergüenza de que los niños sepan que su padre es un borracho, por los niños deberías cambiar. Tus hijos...

Casimiro no la deja seguir y siempre con la botella en la mano le dice furioso:

--¡¡no, no son mis hijos. Los dos no son mis hijos¡¡

--¡¡¡calla, calla¡¡ --dice ella con miedo.

--¡¡no, no voy a callar, ya me tienes harto. Te crees perfecta pero que nadie se enterara de tus cochinadas no quiere decir que no existieran ¡tienes un hijo, tuviste un hijo siendo una niña, ramera¡¡

--¡¡calla, calla¡¡ --con angustia.

--¡pues si quieres que calle, no me fastidies más o me obligarás a decir la verdad. ya va siendo hora que asumas tu responsabilidades de madre¡¡

El Pollo sigue bebiendo se va. Rosario se queda llorando:

-.-¡no, no. Yo no hice nada para tener un hijo... no, no...¡

La joven sale de la casa angustiada por su pasado, por un pasado que nunca entendió.




Rosario se refugia en la iglesia. Llora a los pies de su patrona.

--virgencita linda, tú que te llamas como yo. Ayúdame ¿será que nunca sabré qué pasó en realidad? Tú sabes que yo no hice nada malo, que no sé porque tuve un hijo.

Le atormenta el recuerdo de aquel niño que le regaló una bebida y ella tomó creyendo que era de Pepe.

--fue ese día,  yo sé que fue ese día. Alguien debió poner algo en la bebida y a saber que me hicieron.

La joven llora con angustia.

--¿¿pero quien?¡¡¿¡quien abusó de mi?¿¡quien?¡

Aunque trata de no pensar en eso, esa duda la tiene clavada en la mente:

--¿y si no fue sólo uno? Y si fueron varios?

Rosario se derrumba. Después de rezar la joven se siente algo más tranquila pero necesita refugiarse en brazos de Pepe. El chico se sorprende al verla llegar.

--¿tú?

--necesita verte.

Ella lo besa.

--¿puedo pasar?

--es que ya sabes que está mi padre, prefiero que salgamos fuera.

Los jóvenes se van a dar una vuelta tomados de la mano

--dime que me quieres.

--¿a qué viene eso? --él.

--a que nunca me lo has dicho. Yo te digo constantemente que te amo pero tú, ni siquiera me has dicho lo que somos.

--¿no te demuestro lo que siento por ti?

--es que no lo sé,  hoy más que nunca necesito oír de tus labios la palabra te quiero.

El chico está sofocado:

--es que a mi estás cosas me dan vergüenza.

Rosario lo acaricia con tristeza:

--pero es que yo necesito que me digas lo que sientes.

Pepe la mira muy enamorado, le acaricia las mejillas con dulzura y le susurra:

--pues yo prefiero decírtelo con mis besos, con mis caricias.

Se funden en un beso.

--¿no te vale eso? --le pregunta él.

--te quiero tanto nunca me dejes, no soportaría perderte --dice ella abrazándolo con desesperación.

Aunque él no entiende la angustia de ella, a Pepe le gusta sentir que la chica lo necesita. Ella olvida sus dolores refugiada en brazos de su amado.


Al día siguiente, Fátima y José Fernando están desayunando. No se hablan. Los dos tienen su mente en otro lado. Ella piensa en Pepe padre y él en Pepe hijo. Ángel se les une.

--ya hablé con mi amigo. Ya lo tenían todo preparado así que esta tarde firmamos los papeles de la venta de la casa.

Aunque no lo demuestra, José Fernando queda hundido. No dice nada y se levanta. Fátima por un lado siente alegría y por otro tristeza. Le da miedo y se quiere alejar de él pero también le da pena dejar de ver a Pepe. Antes que su hijo salga del comedor, la mujer dice:

--mañana a primera hora nos vamos, supongo que es lo que quieres ya que no puedes faltar tanto al trabajo.

José Fernando trata de ocultar su rabia, está furioso. El chico se mira a un espejo que hay en el pasillo. Golpea la pared con rabia:

--¡¡maldita sea, me tengo que ir. Y Pepe ni siquiera me vino a ver¡¡

No ver a su amado lo tiene triste y furioso:

--¡¡y Rosario  va a pagar las consecuencias¡¡


Al cabo del rato, José Fernando sale a dar una vuelta con la esperanza de que el destino le ponga en frente a Pepe pero justo en la plaza del ayuntamiento a quien ve es a Rosario. Siente deseos de matarla ahí mismo. Se sorprende al ver a Lucas que se acerca a ella con una flor y le coquetea. No entiende nada y le asusta pensar que el chico pueda estar jugando con él. Se queda viendo a ver qué pasa. La chica tira la flor y lo abofetea.



Llaman. Fátima va a abrir la puerta. Pepe se abalanza sobre ella y la besa. Es un beso apasionado que los atrapa a los dos y luego antes de darle tiempo a que diga algo le dice él:

--¿te quieres casar conmigo?

Fátima se queda helada. No reacciona, muy sonriente el hombre saca un anillo y de rodillas repite la pregunta. Ella está como en shock al darse cuenta que la cosa va en serio.


Por su lado, cuando Rosario ya se ha ido, José Fernando se acerca a reclamarle a Lucas.

--¡¡yo no quiero que la enamores. Sólo quiero que Pepe lo crea... haz algo para que sea rápido¡¡

--pero es que para que sea creíble tengo que hacerlo bien.

--sabes qué... Dime el precio, pídeme lo que quieras pero ya sé lo que vas a hacer ¡quiero que la violes¡

--¡¡¿¿cómo?¡ --sin dar crédito a lo que oye.

--¡¡tiene que ser esta noche, tú la violas y yo saco fotos, alguna habrá que no parezca una violación y ella tampoco no podrá decir que no fue tuya¡¡

Lucas se ha quedado muy sorprendido pero José Fernando insiste.

--¡eso es lo que tienes que hacer¡¡ --dice lleno de odio.


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Final

  Rosario y Pepe están conmocionados mientras que la policía se llevan los cuerpos de José Fernando y Lucas. En cierta manera, Pepe se sient...