Capitulo 37

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--Las pruebas son claras... el hijo es del señor José Fernando...

José fernando no puede disfrutar su victoria ya que le duele el dolor de Pepe pero está decidido a lo que sea con tal de quedarse con su hijo. Rosario se hunde:

--¡¡no puede ser, no puede ser¡¡tiene que haber un error., que se repita la prueba¡¡

José Fernando mira a Rosario con cinismo y dice:

--¡no cariño. No hace falta, yo siempre supe que tu hijo era mi hijo y con esta prueba pues no me podrás impedir que lo reconozca¡¡

Rosario llora:

--¡¡no puede ser,  él no puede ser el padre de mi hijo¡¡

Rosario mira al doctor rota de dolor:

--¡dígame que puede haber un error, que se va a repetir la prueba¡¡

--no señora  no hay error posible.

Rosario mira a Pepe muy triste, él la mira dolido. Se dispone a irse pero antes de irse se pone en frente a José Fernando,  que se estremece de emoción, y dice con la voz rota:

--espero que la hagas feliz. Me has quitado a la mujer que yo amaba más que a mi vida pues espero que merezca la pena.

José Fernando traga saliva impresionado por el gran dolor que ve en esos ojos. Por un momento está apunto de decir la verdad pero no lo hace. Pepe se va y José Fernando se acerca a Rosario decidido.  El dolor de Pepe, su frustración de saber que lo odia, la descarga en Rosario:

--¡yo voy a luchar por mi hijo. No voy a permitir que se quede al lado de una ramera como tú¡

Las amenazas de José Fernando aún atormentan más a la mujer. José Fernando se va dejando a la mujer deshecha. Pepe está fuera de la clínica maldiciendo su suerte. Da golpes a la pared con el puño. Está destrozado. José Fernando se pone detrás de él, lo mira con deseo. Lo ama ardientemente. Ese hombre le tiene loco. Le pone la mano en el hombro:

--Pepe --le dice con cariño.

Pepe se aparta de él como si fuera el mismo satanás.

--¡¡no me vuelvas a tocar en tu vida¡¡

A José Fernando le duele el odio de ese chico.

--no me trates así,  yo quiero ser tu amigo.

Pepe lo mira con el rostro desencajado por la furia y la sorpresa:

--¿¿amigos??¡¡¡estás tonto o eres imbécil??¡¡

José Fernando lo mira muy triste.

--¡¡no me trates así, yo no tengo la culpa que tu novia sea una ramera¡¡

Pepe empuja a José Fernando y le muestra el puño amenazante:

--¡¡no vuelvas a ofender a Rosario¡¡

--ella se me regaló ¿¡que querias que hiciera?¡

--¡¡que ahora no pretendas ser mi amigo¡¡--dice con rabia.

--¡¡pero si todos tus amigos se acostaron con ella y siguen siendo tus amigos ¿¿porqué yo no??

--¡¡porque tú y yo no somos amigos¡¡de hecho ni siquiera me caes bien¡¡ --dice con mucho dolor.

Pepe se va dejando a José Fernando con mucho odio:

--¡¡te vas a arrepentir de esto. Tu amada Rosario va a ser mi esposa y le voy a hacer la vida imposible¡¡

Clamando venganza, José Fernando llama a Sandra. Ella va a su hotel.

--¿¿y ahora qué quieres? ¡tenemos que ir con cuidado, nos pueden ver¡¡

--¡¡me tienes que hacer otro favor¡¡

--¿y porqué?

--¡¡te daré mucho dinero¡¡

Sandra sonríe con ambición:

--¡¡está bien¡¡

--¡¡quiero que sobornes,  te acuestes con un abogado, lo que sea pero que convenza a Rosario que le voy a ganar la custodia de su hijo, que se lo voy a quitar si no se casa conmigo¡¡

Sandra sonríe maquiavélicamente:

--¡¡es perverso pero me encanta, cuenta conmigo¡¡

Jose Fernando esta enloquecido por el odio.

Rosario está en casa de su hermana. A pesar de su pena pensar en Carmelo la tranquiliza. Está en su cuarto acomodándolo.

--¿qué haces tía?

Tratando de ocultar su dolor, Rosario le dice:

--pasado mañana a Carmelo ya le dan el alta por fin lo tendremos en caso.

A las dos les hace mucha ilusión pero Antonia tiene un gran dolor no va a poder estar al lado del que cree que es su hermano sin poder amarlo, sin decirle la verdad. Antonia llora. Rosario la abraza:

--pasa algo con tu hermano?¿porqué no lo vas a ver?

--¡¡me tienes que ayudar tía,  me tengo que ir de la casa¡¡me tengo que ir de la casa ya¡¡

--¿es por Carmelo?

Antonia trata de disimular:

--¡¡no... no¡¡

--¿entonces es por mi? creí que no te importaba tener aquí.

--¡¡no... es por mi padre¡¡estoy embarazada y tú sabes cómo se va a poner mi papá¡¡

Antonia está muy alterada. Tiene miedo de lo que pueda pasar con su hijo por ser el fruto del "pecado". Rosario se queda muy sorprendida:

--¿¿embarazada??¿de quien?

Antonia se pone muy nerviosa:

--¡¡él no lo puede saber, él no lo puede saber¡¡

Antonia tiene miedo, tiene miedo de la reacción de Carmelo al saber que tienen un hijo si recupera la memoria. Lo ha sentido tan cerca de la muerte que tiene miedo que le pase algo:

--¡¡no puedo tener un hijo¡¡

--¿¿qué dices criatura??

--¡¡es que no quiero que nadie sepa que tengo un hijo ¡¡nadie¡¡¡

Rosario siente su angustia y la entiende perfectamente.

--¿¿pero qué quieres hacer con tu hijo??

--¡¡no lo sé pero no quiero que nadie sepa que estoy embarazada ¡nadie¡¡

--¡¡pero es que si renuncias a tu hijo te puedes arrepentir de por vida¡¡

Antonia está muy angustiada, Rosario piensa en ella y le da la misma solución:

--no renuncies nunca a tu hijo..

--¡¡pero es que nadie debe saber la verdad, nadie¡¡

Rosario la mira con tristeza. No puede creer que vaya a decir eso. Que eso esté pasando:

--yo también estoy embarazada,  podría tener gemelos. Yo me haría cargo de tu hijo. Así no estaría desamparado y cuando tú sientas que puedes ser su madre pues no lo perderás.

Antonia abraza a su tía llorando:

--¿harías eso por mi?

--si, mi amor, sí.

Las dos lloran. Rosario piensa en ella, en que su hermana hizo eso porque fue lo mejor. Está segura que eso es lo que quisiera su hermana que hiciera. Siente como si la vida le diera la oportunidad de agradecer a su hermana todo lo que hizo.

--si ella no se hubiera muerto,  si a mi la vida no me hubiera hecho tantas malas pasadas.. pero ahora todo va a ser distinto. Sé que mi hermana me ayudaría a recuperar a mi hijo y cuando llegue el momento yo haré lo mismo con su hija --piensa Rosario.

--¿y cómo lo haríamos?

Rosario acaricia a su soBrina emocionada:

--no lo sé. Tú debes irte yo iría conmigo pero no puedo dejar solo a Carmelo. Sé de un lugar donde puedes ir, yo estuve allí mucho tiempo. Luego para el parto será cuestión que yo vaya antes, sólo sería poco tiempo. Todo se arreglará,  todo.

Rosario no piensa en nada, no recuerda a José Fernando. Sólo trata de apoyar a su sobrina.

Pepe llega a su casa abatido, Sandra está sentada en el sofá. Más allá Pepe padre juega con María Belén. Pepe se acerca a Sandra y muy dolido le dice:

--¿te quieres casar conmigo?

Sandra lo mira sorprendida. María Belén celebra la noticia.

--¡¡sí, sí¡¡--dice la niña.

Pepe padre es lo que quería para asegurar que su nieta se queda con él:

--yo tengo un amigo juez, si le hablo mañana os casa. ¿os parece?

--por mi bien --dice ella.

--de acuerdo --dice pepe abatido...

Maria Belen abraza a los que cree sus padres feliz. Pepe hijo está abatido. Sandra sonríe maliciosamente.