jueves, 15 de julio de 2021

Capitulo 40

 


Jose Fernando va muy ansioso a encontrarse con Sandra. Él la ha citado.

--¿Y tu noche de boda? --pregunta con celos.

--no ha habido noche de bodas. Aunque porque yo no he querido. Mira que él ha insistido. Se me quería meter desnudo en la cama pero yo lo mantuve a raya. 

--¿cuándo te mudas al piso que te compré?

--por mi hoy mismo. Pepe es de necio. Yo duermo con mi hija. él me acosa constantemente pero voy resistir. Y te juro que haré lo imposible para convencerlo, pero sea como sea no vamos a consumar nuestro matrimonio. Yo te lo prometí, además, me daría tanto asco. Yo amo a su padre. Es el amor de mi vida. Que duro es ser su nuera cuando lo amo tanto.

Sandra se victimiza y hasta llora mientras por dentro ríe. José Fernando cree en las palabras de su supuesta amiga:

--¡¡me tienes que ayudar¡¡¡Rosario me dijo que sí... nos vamos a casar¡¡

--¡¡hay felicidades¡¡ --dice con cierta ironía y abrazándolo.

Los ojos de ella brillan de ambición.

--No sabes lo que siente al poder casarme con la mujer que él ama, me voy a quedar con su hijo y a ella la voy a destruir.

Con cierta ironía, Sandra dice:

--así si te animas y te acuestas con ella, será como si te acostaras con Pepe.

--¡¡no seas guarra. Yo a esa ramera no le dejo que me toque ni con un palo... como minimo me pega el sida¡¡la muy zorra¡¡

--en eso tienes razón pero tienes que obligarla, hacer que lo pase mal.

--tranquila,  ya sé quien se acostará con ella en mi lugar... 

Sandra no le saca ni una palabra pero los ojos de él brillan de maldad.

--lo que se te ha ocurrido debe ser my bueno. --dice ella divertida.

--lo es --dice él con una sonrisa de travieso.

--¿y quieres que te ayude con algún trámite de la boda?

--no, yo conozco a un juez en Barcelona y él lo arregla todo. Nos casamos la semana que viene...

--y supongo que os casareis en separación de bienes ¿no?

--pues eso no lo he pensando.

--¡¡es que le regalarias a esa la mitad de todo lo que tienes¡¡

--si tienes razón,  lo arreglaré todo.

Sandra se queda más tranquilo.

--¿me acompañas a un sitio? He comprado una casa.

--vaya, que lujo. A mi me diste un departamento a cambio de tener separado a tu amorcito de la ramera a la que ama y a esa le das una casa.

--la casa es sólo mía pero te voy a dar más dinero y si convences a Pepe para que se venga a vivir contigo puedo comprar la de al lado y la pongo a tu nombre.

--es muy buena idea. --dice ella con los ojos brillando de ambición.

--pues miraré a ver si me la venden y en cuanto Pepe esté dispuesto al traslado, la pongo a tu nombre.

--Es que no creo que sea más fácil si ya la pones a mi nombre,  le hare creer que recibí una herencia. él no puede saber si no tuve familia aquí.

--es muy buena idea.

José Fernando está feliz. Le emociona la idea de vivir al lado de Pepe y está dispuesto a lo que sea para lograrlo. Sandra sonríe satisfecha:

--esto va a ser más fácil de lo que pensé. Dentro de poco todo el dinero de este imbécil será mío¡¡¿y como se puede ser tan tonto?¿y todo por un chico como Pepe que no es gran cosa y que debe ser malisimo en la cama? --va pensando.

Llegan a la calle en la que vivió el padre de Jose Fernando. El chico mira lloroso la casa en la que conoció a Pepe:

--cuando murió mi abuela me quise quedar con esta casa pero no tenía dinero pero por suerte invertí bien el dinero que me dieron por la venta de esta casa y  ahora es una buena fortuna. Por fin, esta es mi casa.

--si. Resultaste bueno en las finanzas. 

Sandra sonríe y dice para sí:

--sí qué bueno que dilapides tu dinero,  sobre todo si es para mi.

Sandra sabe que también invirtió el dinero de la venta del piso que le puso su amante. Siente que es suyo y que merece todo el dinero de José Fernando.

--¿y qué casa me comprarías a mi? --dice mirando las de al lado que una es pequeña y la otra muy muy grande.

--cualquiera de las dos que están al lado, dime la que más te gusta y si me la venden es tuya y sino la otra.

--me gusta esa --dice señalando la más grande.



Pepe está hablando con su hijo.

--¿y porque no haces un esfuerzo por llevarte bien con tu mujer? Maria Belén no entiende porque dormís separados.

--yo no pienso dormir con esa mujer.

--¿y por cierto? ¿no se supone que no tiene dinero?

--claro, ¿porque?

--es que la vecina dice que la vio en el piso que hay aqui al lado, que dice que es suyo.

--que tontería. Además esa mujer es una chismosa, no hay que hacerle caso.


Mientras, Sandra se ha vuelto a acostar con ese abogado feo y gordo. Él está encantado con que ella le haya pedido un favor. Ella no pero lo necesita.

--espero que no me traiciones.

--tranquila, yo sé cómo arreglarlo. Dile a tu amigo que esté tranquilo, su boda no será legal y la novia no lo va a saber.

Sandra sonríe maquiavélicamente y piensa:

--¿creías que te iba a dejar que te casaras, imbécil? ¡¡No le vas a regalar tu dinero a esa fulana¡¡Tu dinero es mío, no de esa ramera. Faltaría más¡¡

Al salir del cuarto del abogaducho, Sandra tiene una llamada de Teo, su complice de Barcelona.

--¡¡otra vez, no se cansa de llamarme¡¡¡

Sandra no le toma la llamada:

--¡¡faltaria más que me tuviera que acostar con él también¡¡¡que asco¡¡




Días después... Rosario y Jose Fernando contraen matrimonio civil en presencia de Carmelo, que es lo único que alegra a la novia, y los testigos. Rosario procura sonreír con su hijo. Además está feliz porque Carmelo ha accedido a irse a vivir con ella y José Fernando. El chico no quiere vivir con el Pollo. Carmelo abraza al novio. José Fernando siente cariño por su hermano y le gusta tenerlo con él. Los tres salen juntos. No se dan cuenta que son observados. Pepe desde un coche mira a Rosario con rabia y dolor. Llora. El matrimonio y Carmelo llegan a la casa. Se empiezan a instalar. 

--tú elige el cuarto que más te guste. --Jose Fernando a Carmelo.

Carmelo va corriendo a recorrer la casa. Rosario y José Fernando no se miran.


Pepe padre está en su casa, al cuidado de Maria Belén.

--¿porque estas triste, abuelo? yo te voy a venir a ver todos los días.

--¿tú estas feliz de ir a vivir a esa casa tan bonita con tu papá y tu mamá?

--bueno yo quiero vivir contigo ¿porque no te vienes a vivir con nosotros?

--porque esta es mi casa.

El hombre va a echar de menos a esa niña a la que cree su nieta. Llaman por teléfono.

--sí, soy yo... hable más alto... ¿¿cómo??¿¿qué clase de broma es esta??

La llamada es seria.

--un momento,  que me cambio de aparato.

Habla en la cocina:

--Intente hablar alto ¿¿como que no puede hablar alto para que no la pillen??

Una mujer, que trabaja en un sanatorio mental, habla con mucho miedo:

--es que aquí pasan cosas muy raras. Esta mujer, nadie sabe quien es pero no está loca. Ella dice su nombre,  tiene miedo, quiere que usted la vaya a ver. 

--yo no conozco a nadie que esté en un lugar así.

--es que yo creo que alguien la trajo aquí para desaparecerla. ¿usted no conoce a nadie que haya desaparecido? A mi me han hablado de una persona que la hicieron pasar por muerta. Un señor y que estuvo aqui encerrado hasta que murió de verdad, por eso tengo miedo que esta mujer esté en este mismo caso.

--¡¡no puede ser,  no puede ser¡¡

el corazón del hombre late con más fuerza.

--¿pasa algo, abuelo? --dice Maria Belén entrando.

Pepe sigue escuchando la mujer que le llama sofocado.






Cae la noche. Sandra y Pepe están en su nueva casa. Sandra sale con un pequeño camisón de su dormitorio. Recorre un largo pasillo para ir al dormitorio en el que duerme Pepe pero el hombre ha cerrado la puerta con llave y por más que llama no le abre. La habitación de Pepe tiene un balcón a la calle. Pepe está en él mirando la casa de justo al lado. Una casa que conoce bien. Siente celos, dolor, rabia al saber que Rosario está ahí dentro. Aunque le duele saber que la mujer que ama está ahí con su marido desea verla aunque le duele y es por ese motivo por el cual ha aceptado la propuesta de su esposa de vivir en esa casa, para ser el vecino de su amada. La casa esta  pegada la uno a la otra. Rosario sale al balcón. Está muy nerviosa.

--¿que es lo que he hecho qué? ahora tendré que cumplir como tal. --susurra la recién casada aturdida.

El corazón de Pepe late con más fuerza:

--hola, Rosario.

Rosario no da crédito a lo que oye. Lo tiene en el balcón de al lado. Casi se pueden tocar. Lo mira aturdida.

--¿tú?¿qué haces aquí?

--vivo aquí. Mi esposa heredó esta casa.

Rosario y Pepe se miran, están tan cerca. Sus pieles se desean, se aman pero ninguno dice nada. Se miran con mucho dolor, Del interior del cuarto sale José Fernando en boxers. Abraza a su esposa:

--buenas noches --dice Jose Fernando a Pepe.

Pepe mira a la pareja con rencor. Ella no dice nada pero no soporta que su marido la esté tocando delante de su amado. Excitado por la presencia de Pepe y aunque le da mucho asco, Jose Fernando besa en el cuello a su esposa. Destrozado por dentro, Pepe entra en su cuarto y cierra al balcón precipitadamente. Da un golpe a la pared con rabia y llora con desesperación.  A Rosario le queman las caricias de su marido, llora por dentro.

--relajate, te va a gustar mucho.. --le dice Jose Fernando muy nervioso.

Rosario se mete en el cuarto y se empieza a desnudar. El hombre apaga la luz en seguida.

--apurate. --le dice Rosario a su marido ya metida en la cama.

--espera un momento. Ahora vengo.



Jose Fernando entra en el baño que comunica con la habitación. Lo espera Lucas, su complice en sus fechorías contra Pepe y Rosario, desnudo. Hablan en susurros.

--recuerda que no debes hablar...

--eres un morboso, obligar a tu esposa a acostarse con el hombre que la violó hace años  es perverso  pero con lo bien que me pagas. --susurra burlón.

--calla y entra...

Lucas desaparece, pronto Jose Fernando escucha los jadeos de él. Lucas regresa al rato satisfecho y mientras se viste, Jose Fernando le dice:

--sal por la puerta de servicio y mañana te hablo.

--será un placer. --dice burlón.

Jose Fernando ocupa su lugar en la cama de Rosario. La mujer está de espaldas, llora en silencio. Duermen juntos pero muy separados. Ninguno de los dos desea tocarse. Justo en la pared de al lado duerme Pepe que está atormentado por los jadeos. LLora.

--¡¡ha hecho el amor con él sin importarle que yo estaba a su lado¡¡¡maldita, maldita¡

A Rosario le atormenta lo mismo:

--pero él está con ella ¡¡no me tiene que dolor¡¡¡no me tiene que dolor¡¡ --dice para sí.

Ambos se están amando y se están odiando. Ambos están pared con pared. Pepe sí está solo pero atormentado al saber a su amada con su esposo. Rosario sufre al creer que Pepe está con su esposa.


Pepe padre ha viajado durante horas, llega al lugar de donde lo llamaron. Lo recibe la enfermera que lo llamó.

--suerte que pudo venir, ahora nadie vigila. Está ahí,  espero que la pueda ayudar. Ella solo dice su nombre.

Pepe recorre unos metros, una mujer está sentada y a pesar de su aspecto demacrado él la reconoce. Ella se levanta al verlo:

--Pepe.

Lo abraza con angustia. Él está temblado:

--¡¡Fatima, estás viva¡¡

La enfermera está muy nerviosa. No hace más que decir que esa mujer no existe para nadie y que se la lleve antes  que la descubran. Pepe está en shock. No puede creer que la mujer que ha llorado por años esté viva. Fátima está muy nerviosa, ha vivido un infierno y estaba segura que Pepe que vendría a rescatarla.


Al día siguiente, Jose Fernando baja a la sala y se sorprende al ver que sobre la tele Rosario ha puesto una foto de su hermana. Se pone como loco.

--¡¿que hace la foto de esta perdida en mi casa?¡

--¿¿¡como te atreves?¡¡mi hermana era una...

José Fernando no la deja seguir:

--¡¡una ramera que se acostaba con mi padre¡¡¡Yo sé que Carmelo es mi hermano¡¡

Rosario no da crédito a lo que oye.

--¿¿de que hablas?

Jose Fernando saca una foto que siempre carga, la de él y Pepe desnudos:

--¡¡Tu sobrino y yo somos idénticos a cuando yo tiene su edad y esto es porque somos hermanos¡¡¡¡no hay otra explicación¡¡

Rosario se lleva las manos a la cabeza:

--¡¡Dios --dice horrorizada-- fue tu padre,  tu padre¡¡Carmelo es tu hermano¡¡

--¡¡así es y la foto de su amante no estará en mi casa¡¡

Horrorizada pero tranquila porque al fin sabe la verdad, Rosario dice:

--mi hermana no tuvo nada con tu padre.  S mi me violaron. Carmelo es mi hijo.

No sólo José Fernando se sorprende de esta declaración, también Carmelo que bajaba las escaleras y lo ha escuchado todo.





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Final

  Rosario y Pepe están conmocionados mientras que la policía se llevan los cuerpos de José Fernando y Lucas. En cierta manera, Pepe se sient...