viernes, 2 de julio de 2021

Capitulo 13

 



Pepe y Kiko comienzan en la escuela. Se sorprenden al ver que María Dulce y Rosario estudian allí.

--ellas son nuevas, no puede ser casualidad... ¿cómo sabían en que escuela estudiamos?

Kiko lo mira con cara de bueno y Pepe dice:

--¿¿tú se lo dijiste?¿cómo me has hecho una cosa así?¡¡ahora se me va a pegar como lapa¡

María Dulce se acerca empujando a Rosario. Al verlas Pepe se va. Rosario se queda triste. Kiko se disculpa y se va tras él.

--¡se puede saber a ti que te pasa¡? ¿¡cómo eres tan antipático con Rosario?¡¡

--¡ya te he dicho que no me gustan las niñas, no quiero que me venga de ofrecida¡¡me tiene harto¡

Todos lo han oído y Rosario se va llorando. María Dulce los mira con rabia y se va.



Lejos de ahí, José Fernando siempre que está solo y desnudo sobre su cama se entretiene y goza pensando en el cuerpo desnudo de Pepe. Es algo secreto. Algo que  está convencido que siempre tendrá que ser secreto pero su secreto más hermoso.


Un año y medio después...




José Fernando sopla las 18 velas de una tarta en la compañía de su padre y de su madre. Los padres están orgullosos de que su hijo ya sea mayor de edad. Su padre le da un sobre con dinero:

--aquí tienes lo que me pediste.

Fátima se opone:

--yo sigo creyendo que es demasiado dinero para que se lo des sin saber para qué.

--El chico se va a mi pueblo.

--sí pero para eso no necesita tanto dinero y además no me parece eso que vaya él sólo.

El hombre mira a su hijo con complicidad:

--son cosas de hombres, ya tiene 18 años... ¡tú no te metas¡¡vete a la cocina¡

Fátima se queda triste pero su marido le pone unos platos sucios en las manos para que ella se vaya. La mujer los deja solos. Fernando mira a su hijo con cariño:

--¿y quien es la chica?

--¿de que hablas, papá?

--Yo no soy tonto, yo te quise llevar a un sitio para que te hicieran un hombre pero tú me pediste que te diera el dinero, me dijiste que querías ir al pueblo. Si cambiaste el estreno por ese viaje es porque ahí hay alguien importante con el que te quieres estrenar ¿no es así?

El corazón del chico se estremece pensando en Pepe. Es un sentimiento de deseo lleno de culpa. Sabe que su padre no aprobaría su conducta pero le gusta demasiado el muchacho como para echarse atrás.

--¡que orgulloso estoy de ti hijo, cuando vuelvas me lo cuentas¡¡pero si la chica te dice que no y no encuentras con quien estrenarte pues me lo dices y yo lo arreglo pero de que te estrenas esta Semana santa te estrenas.

A José Fernando le duele la cara de ilusión de su padre. Siente que lo está traicionando.

--si supiera que no me gustan las mujeres, que pienso en Pepe en cada momento,  que me gustaría vivir mi primera vez con él --dice para sí.


En el trayecto en tren, José Fernando no deja de pensar en Pepe fascinado y en especial en el cuerpo desnudo de Pepe. Él ya tiene claro porque le gustaba el joven y sueña en una intimidad con él. Sueña con que se encuentran, se le declaran y hacen el amor. No deja de imaginarse historias en las que se besan y se acarician. Por un lado le daba rabia no haber logrado ver esas fotos. Aunque tampoco se atrevería a pedirlas. Le da miedo que alguien sospeche la verdad aunque estaría dispuesto a enfrentarse a todo si Pepe le diera el sí. José Fernando tiene la ilusión en el rostro. Él nunca se atrevería a dar el primer paso, sigue en su propio mundo sin amigos. Su mayor deseo es que Pepe se meta en ese mundo y los dos vivan felices. La excitación al entrar en la tierra de Pepe se hace visible en su abultado pantalón y se encierra en el water a desahogarse.

 




Pepe va a casa de su amigo Kiko, se sorprende al ver salir a Rosario del edificio. Ella lo ignora y no se saludan. Rosario ha hecho que no le importa pero por dentro se está muriendo. Se gira con la esperanza que Pepe se haya girado para verla y se queda triste al ver que no él ya ha entrado. Se va llorando. Pepe se sorprende al ver que Kiko está medio desnudo:

--¿y esto?¿qué hacías?

--¿y tú? No te esperaba.

--¿cómo que no? Si me llamaste para que viniera.

--¿¿yo?¡

--eso me dijeron en casa.

--Pues te dieron mal el recado.

Kiko lo va llevando a su dormitorio y es que quiere que vea las sábanas deshechas y el preservativo usado.

--¿¿lo has hecho?¡ --pregunta sorprendido.

--¡si, ya me han hecho un hombre, no soy un niño como tú¡

--¿y que se siente? Lo que daría yo por la Sandra esa me cogiera y me hiciera un hombre¡

--¡ya deja de soñar, por ser un tonto soñador te has perdido lo mejor de la vida ¡es fantástico. No te lo sé explicar porque hay cosas que los niños no entenderían y tú que te lo perdiste de tonto¡

--Así que eso es lo que querías de Dulce.

--¿Dulce? No, Dulce no me ha dejado que me pase de listo... ¡fue Rosario, la amiga¡

--¿esa? ¡claro yo la vi salir, pero con la cara de virgen que tiene... aunque de la manera que me trató a mi besándome sin preguntar...

--¿No me digas que estás celoso porque yo me comí ese pastelito?

--¡claro que no¡¡es una niña¡

--¡pues tiene un cuerpecito...¡

--¡no como el de Sandra¡

--¡pero yo al menos he tocado a una mujer, no cómo tú¡

--¡yo prefiero para mi primera vez una mujer con experiencia que me lleve al cielo, esa seguro que es puro hielo¡

--en eso tienes razón pero bueno... no sabes que gusto al meterla...

--pero te puedes meter en líos con su familia si sabes que la deshonraste.

--¡no, no... a mi no me vengan con esas¡¡yo no tendré experiencia pero no soy tonto,  el primero no fui¡

--¡vaya, así que es peor de lo que pensaba¡

--¡y yo le voy a dar lo que esperaba de un hombre, lo que tú no le has querido dar¡¡seguro que se ha quedado con ganas de repetir¡¡

Pepe siente cierta envidia por todo lo que le cuenta su amigo de su primera vez pero él desea que sea con una mujer como Sandra. 


Sandra está en el apartamento que le paga Fernando esperando por él. El hombre no se ha pasado por la casa a la hora habitual y ella se enfurece.

--¡que ni crea que me voy a quedar aquí esperando¡¡le estoy dando los mejores años de mi vida. No voy a dejar que se burle de mi¡¡yo soy una mujer que vale mucho, seguro que cualquier hombre estaría dispuesta a pagar mis facturas con tal de tener a una mujer como yo¡


Rosario llora ante el altar de la Virgen del Rosario.

--perdón virgencita. No sé cómo hice una cosa así. Sé que fue algo muy feo y que ni si quiera me gustó pero lo hice por amor. Yo amo a Pepe y él no me hace caso y por él estoy dispuesta a todo. Espero que mi sacrificio al acostarme con su mejor amigo sirva de algo. Espero que Dulce tenga razón y esta sea la mejor manera de estar con Pepe. Yo intenté darle celos pero no me hice caso. Dulce dice que cuando los chicos saben de una chica que se ha acostado con otro y más si es su amigo la ven con otros ojos, la desean... ¡sé que es feo lo que hice pero es por amor. Que le duela a Pepe, que sé dé cuenta de lo mucho que lo amo y que yo soy la mujer que le conviene¡


José Fernando llega a la casa de su abuela muy emocionado. Toca al timbre nervioso. Sueña que Pepe esté en la casa, que sepa que él llega y lo esté esperando muerto de amor. Doña Antonia recibe a su nieto feliz.

--¡que alegría, hijito¡¡¡Así no me voy a sentir tan sola¡¡

--¿Ángel No está? -- pregunta muy nervioso.

--No, tu primo se fue a un campamento. No va a venir ¡que bueno que te vas a quedar unos días¡

Aunque intenta que no se le note, esta noticia causa una gran desilusión en el chico. En seguida sube a su cuarto y llora recordando el primer día que vio a Pepe en esa casa. Se tumba en la cama triste.

--¡no lo voy a ver, no lo voy a ver¡

Por su mente pasan imágenes de él y Pepe desnudos en la cama en la que el adolescente le dice cuando lo ama y cuando deseó ese momento. José Fernando se ilusiona. Se seca las lágrimas y dice:

--¡él va a venir, seguro que me viene a ver¡¡por fin voy a ser feliz¡

Su corazón está encendido, aún tiene la ilusión de que Pepe se le declare y viva su primera vez con él.

--¡eres un imbécil, Pepe seguro que jamás se fijaría en ti¡¡no lo vas a ver, venir aquí no va a servir de nada¡ --se dice triste.

La consuela la idea de verlo aunque sea una sola vez:

--esto no es tan grande, seguro que algún día lo encuentro.


El muchacho sale mucho a pasear. Va dando vueltas por todo el pueblo.

-algún día lo va a ver. Lástima que no recuerde donde vive el amigo, sino iría a la casa...

Aunque no lo quiere reconocer, el pueblo no es tan pequeño y no es fácil encontrarlo. No reconoce ninguna calle que le de pista de donde viva el muchacho pero aunque no lo sabe pasa cerca y a  quien sí ve es a don Pepe. El hombre corre hacia él ilusionado.

--hola, ¿tu eres el primo de Ángel no? El nieto de la señora Antonia.

--sí claro

--yo soy el padre de Pepe, un amigo de tu primo.

José Fernando sonríe de oreja a oreja.

--¿estás aquí con tus padres no? ¿por qué no les dice que venga a comer un día a mi casa?

José Fernando está feliz:

--bueno sí claro, lo que pasa es que vine solo.

Don Pepe se desilusiona al saber que su amado no está en el pueblo. Por un momento había tenido la esperanza que la volvería a ver. Entonces pone una tonta excusa y se va. José Fernando se queda triste porque no han concretado la invitación pero el encuentro con el padre del chico que le gusta aviva sus esperanzas.




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Final

  Rosario y Pepe están conmocionados mientras que la policía se llevan los cuerpos de José Fernando y Lucas. En cierta manera, Pepe se sient...