sábado, 3 de julio de 2021

Capitulo 26

 





Rosario mira a Pepe en silencio. Él se levanta. La mira frente a frente con todo su amor:

--¿porqué no me dices nada?

Rosario rompe a llorar. Pepe la acaricia con ternura:

--¿¿qué te pasa, es que no te quieres casar conmigo?

--es que... ¿de veras te quieres casar conmigo?

Pepe la besa con un amor desesperado:

--No quiero otra cosa. Lo que más quiero es que seas mi mujer, pasar todo la vida a tu lado. ¿Es que tú no quieres?

Rosario acaricia el rostro de su amado por el que le asoman algunas lágrimas:

--te amo tanto –dice ella aferrándose a él.

Pepe la mira con dulzura:

--¿y entonces?

Rosario sonríe y dice:

--¡¡sí, me casaré contigo¡¡

Pepe y Rosario se besan y se abrazan para sellar su promesa de matrimonio.





A la hora de la cena, Rosario toca la puerta de  la casa de su hermana nerviosa. Abre la puerta Antonia.

--tía –dice con cariño.

Las dos se abrazan. La dulzura de su sobrina contrasta con la frialdad de su hijo y su cuñado.

--¿¿quien es?? --dice Carmelo.

Al oír que su hermano se acerca, Antonia se aparta de Rosario porque sabe que a él no le gusta su tía. Carmelo le pide a su hermana que entre en la casa y dice:

--¿¿¡que hace usted aquí??¡¡

A Rosario le duele el rechazo de su hijo:

--no me trates así. Yo sólo quiero hablar contigo...

Con mucha rabia, Carmelo dice:

--¡¡ha tenido muchos años para hablar conmigo y no se le pegó la gana pues ahora es a mi a quien no se le pega la gana¡¡

Carmelo le quiere cerrar la puerta pero ella se lo impide llorosa:

--No me hagas esto.

El Pollo, medio borracho, sale a la puerta. Antonia se esconde tras de su hermano con miedo.

--¿¿¡qué es lo que haces aquí??¡¡ya has oído al muchacho. Nadie te quiere en esta casa¡¡¡

De malos modos Casimiro cierra la puerta a la mujer literalmente en los morros y casi la lastima. La oyen llorar. A Antonia le da pena pero no lo dice. Carmelo siente rabia, no la tuvo cuando la necesitó y eso no se lo perdona.

--¡¡¡esa mujer os abandonó. No quiero que la veais¡¡ --exige Pollo.

El hombre se va con su botella y deja sola a los dos hermanos:

--¿no te da pena la tia? Lloraba.

--¡¡se lo merece,  nos abandonó¡¡ --Carmelo con rencor.

--pero ya está aquí.

--¡¡¡es que tú si la quieres perdonar¡¡? --furioso.

Antonia no hará nunca nada que sea lo contrario de lo que sea su hermano y dice:

--no, pero es que...

--¡¡pero es que nada, se fue pues ya es tarde¡¡

--pero es que a lo mejor tuvo sus motivos.

--¡¡nada justifica que abandonara a dos niños con un padre borracho¡¡ella pudo ser la madre que necesitamos y nos dejó, dejó a merced de nuestro padre¡¡¡¡yo ya no la necesito¡¡¡¿es que tú si?

--yo sólo te necesito a ti.

Los dos se abrazan con cariño. Carmelo llora de rabia. Hay mucho dolor dentro de él.


Por su parte, Rosario camina muy triste. Llora pensando en su hijo. En lo mal que la trató.

--mi hijo. Es mi hijo. Ya es todo un hombre. Pero no me quiere. Es mi castigo porque nunca lo sentí mi hijo, porque no sé cómo llegó a mi porque a pesar que lo tuve en mi vientre nueve meses nunca me  pude hacer a la idea que era su madre.





Pepe ha ido a casa de Ángel y lo recibe Gabriela en bata. Por un momento cree que se ha equivocado de casa. Ángel sale envuelto en una toalla. Se acerca a su amigo muy contento.

--perdón,  te pillé en mal momento. Mejor vuelvo luego.

--no, no Pepe. Espera que te presento a mi esposa.

--¿¿¿tu esposa??

Mientras Gabriela se queda en el cuarto, los dos amigos hablan:

--¿de dónde has sacado esa mujer?

--¿¿a que es un mujerón?? es Brasileña..

--¿pero no has estado en Barcelona para hacer un curso?

--sí y me topé con esa hembra.

--¿¿¡te has casado con una mujer a la que no conoces??¡ Seguro que ella sólo te quiere por los papeles.

--y yo a ella para pasar la noche y no había de otra.

--¿y entonces?

--pues nada. Me divertiré hasta que dure. Así que tu eres el único soltero del grupo.

Pepe sonríe:

--por poco tiempo.

--¡¡noooooo me digas que por fin te has enamorado de otra mujer¡¡ya era hora¡¡

Pepe lo mira serio:

--¡¡me caso con Rosario¡¡

--¿¿es una broma??

--Ella es la única mujer que ha habido en mi vida.

--sí, en tu vida sólo ha habido una persona... lastima que ella no pueda decir lo mismo –dice con ironía.

--Yo la amo y me da igual que se haya acostado contigo, con Kiko y con quien quiera.

--pues no deberías.

--Yo quería compartir mi felicidad contigo pero veo que me equivoqué--molesto.

Pepe iba a irse pero Ángel lo llama y se disculpa:

--¿sabes? mi testigo de la boda fue José Fernando ¿te acuerdas de mi primo?

--sí claro. Creí que no tenías tratos con él.

--Pues me ayudó con los trámites de la boda mucho gracias a contactos  de su padre. ¿porque no lo invitas a la boda?

--¿y para qué? No creo que quiera venir. Yo le caía mal, siempre me miraba raro.

--Pues no creo que le caigas mal pues me pidió unas fotos que os hicistes hace mucho.

--¿cuales fotos? --dice sorprendido.

--una tontería. Es un poco raro mi primo. Pero él estuvo en mi boda y tú eres mi mejor amigo. Si no viene pues que no diga que no lo invité.

--como quieras, cuando tenga las invitaciones te la paso para que se la mande.


Semanas después... José Fernando recibe esa invitación de boda. Su rostro se llena de odio.

--¡¡se casa¡¡¡se casa con la perdida de Rosario¡¡¡

 





Mientras, en Casa de Carmelo y Antonia. Éste rehuye a su hermana. Las cosas ya no son como antes.

--¿¿porque me tratas feo.?? --ella.

--es que tú ya no me miras como antes.

--y tú tampoco. Yo lo sentí cuando...

Carmelo se lleva las manos a la cabeza:

--¡¡no lo digas  es pecado?

--¿y si es pecado?¿porque lo siento?

Carmelo se pone la mano en los oídos. Antonia quiere gritar que lo ama. Algo dentro de ella le está diciendo que ese guapo adolescente no es su hermano y que no tiene porque callar lo que siento.

--Carmelo, por favor... ¡¡escúchame¡¡

--¡no, no... no estoy oyendo nada ¿¿quien te ha metido estas ideas raras en la cabeza?¡ -dice sin sacarse las manos de los oídos.

--¿si es malo porque Dios ha sembrado este amor en mi corazón?

--¡esto no es cosa de Díos, debes olvidarlo. El diablo se quiere meter en la cabeza¡ ¡es un gran pecado lo que dices¡ --el muchacho esta muy alterado.

--No es que no me oías –dice ella con ironía.

Él se quiere ir, ella lo llama con una dulce voz que se le clava en el alma. Lo acaricia en la mejilla y es algo que lo estremece. Ella se le pone delante:

--dime que no me amas. ¿que de verás me ves como a tu hermana?

Por un momento Carmelo olvida los lazos de sangre y la quiere besar pero no llega a hacerlo. Se lleva las manos al pelo desesperado.

--¡¡me vas a volver loco,  me voy a tener que ir de la casa¡¡

Él se encierra en su cuarto y ella va tras ella. 

--abre la puerta, tenemos que hablar.

--¡¡¡yo no quiero hablar contigo, vete¡¡

Antonia no quiere renunciar a su amor pero sí debe hacerlo para que Carmelo no se vaya lo hará porque para ella lo más importante es que los dos sigan juntos:

--me tienes que prometer que no te irás¡¡no me puedes dejar sola¡¡

La angustiada voz de ella lo estremece. Ahora que ella no lo ve. Llora.

--nunca te dejaría, --susurra.

Ella no lo ha oído:

--no te vayas, Carmelo.

--entonces todo tiene que ser como antes --dice temblando y asustado de lo que siente por su supuesta hermana.

--está bien. Te lo juro.

--ahora vete, me tengo que duchar.

Carmelo se ducha como muchas veces al día para callar el sofoco que le produce estar cerca de la adolescente. Se da golpes a la cabeza:

--¿¿¿porque no la puedo olvidar ¿porque?

Antonia está tras la puerta oyendo cómo el adolescente se ducha:

--ya nada será como antes --dice pensando en su beso de amor.

Dentro de la ducha, Carmelo piensa en ese mismo beso. Se acaricia el labio. Sus ojos se llenan de lágrimas.

 




José Fernando llega a su casa en la noche. Saluda a María Belén que está viendo la tele. Los dos se abrazan con cariño.

--¿y tu mamá?

--en tu cuarto.

--¿aún no acabó de limpiar?

--No sé.

Sandra está tan concentrada leyendo el diario del joven que no lo llegó llegar. 

--¿¿que es esto?? -grita furioso.

--No te enfades que yo te puedo ayudar.

José Fernando le arranca el diario:

--¡¡no debiste leerlo¡¡

Sandra cierra la puerta:

--yo sé que quieres estropear la boda de Pepe y Rosario. No creo que ese tipo al que pagaste para que violase a Rosario pueda hacer algo más.

José Fernando se siente desnudo ante Sandra y es algo que no le gusta. Sandra está feliz porque ha llegado su oportunidad que esperaba.

--¿¿¡que es lo que quieres?¡¡ --él.

--ir a esa boda contigo. Yo sé cómo anularla,.

--¿cómo?

--diciendo que mi hija es de Pepe.

--Eso no es verdad, nadie te lo va a creer.

--claro que sí.

--Pepe pedirá que se le haga una prueba de sangre.

--que dará positiva porque María Belén es la hermana de Pepe.

El hombre no da crédito a lo que oye.

--¿¿¡que?¡¡

--como lo oyes. El padre de Pepe fue mi amante... aquí en Barcelona.

--pero él sabrá.

--No, el viejo estaba borracho que ni se acuerda que estuvo conmigo. Tu Pepe no entenderá cómo es posible que mi hija sea su hija pero nadie va a creer en él ¿no es buena mi idea?

Los dos sonríen perfidamente.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Final

  Rosario y Pepe están conmocionados mientras que la policía se llevan los cuerpos de José Fernando y Lucas. En cierta manera, Pepe se sient...