sábado, 3 de julio de 2021

Capitulo 16

 


Junto a  su madre, José Fernando acompaña al supuesto cuerpo sin vida de  su padre cuyo funeral se celebra en el pueblo de él. Madre e hijo se separan en el templo ya que los hombres y las mujeres deben sentarse por separado. Fátima se queda con su suegra y su cuñada que la ignoran totalmente. Oculto tras su dolor el chico está deseando encontrarse con ese alguien tan especial del que no ha dejado de pensar, con Pepe pero está seguro que no podrá ser. No imagina que vaya al funeral. A su lado están Ángel y el padre de éste. Durante toda la ceremonia José Fernando está muy ausente y es que no deja de pensar en todos los momentos que compartió con Pepe en ese mismo pueblo. Aunque es un sentimiento que siempre ha considerado sucio y prohibido y por eso no ha querido ir al pueblo y por eso sí ha aprovechado que tenía excusa para poder ver al chico en el que piensa todos los días. El chico al que ama. Un sentimiento que ha impedido que quiera acercarse a otro chico. En la Iglesia de Santa María se realiza la despedida de Fernando. Fátima llora ignorada por todos. Sólo Casimiro la abraza en señal de dolor. El corazón de José Fernando late fuertemente cuando ve a Pepe entre la gente que pasa para darles el pésame. Es ya todo un hombre de 17 años. Un hombre que gusta mucho al hijo de Fátima. Suspira. Le encanta verlo. Con mucho cariño Pepe da la mano a José Fernando que se la encaja feliz. José Fernando lo siente como si hicieran el amor.




Pepe padre está escondido. En última fila y con gafas de sol con miedo que su hijo lo descubra, Pepe ha querido hacer acto de presencia en ese lugar para ver a Fátima de lejos. Sabe que no va a ser capaz de acercarse a ella y aunque se siente fatal no puede dejar de pensar en que su amada, la única mujer en la que se ha fijado después de su esposa, es ya libre.

--libre, libre --dice suspirando y mientras una tierna sonrisa se dibuja en su rostro.

El hombre abandona el templo antes que nadie para no ser visto. Se esconde en una esquina para ver salir a Fátima. Le da pena verla tan demacrada y tan sola. Le gustaría consolarla pero no se atreve. Fátima entra sola en el coche que la conducirá al cementerio. Doña Antonia está deshecha y besa el ataúd de su hijo mientras lo meten en el coche. José Fernando se va quedando atrás y mira a todos los lados buscando a su amado. De repente su rostro se ilumina al verlo al guapo chico delante de él. Se queda helado por la emoción. Muy simpático Pepe le pregunta:

--¿no te acuerdas de mi?

Muy nervioso José Fernando hace que sí con la cabeza pero entre que está triste y emocionado y es muy timido pues no le dice nada. Muy amable Pepe le pregunta:

--¿cómo estás?

José Fernando se ha quedado mudo por la emoción.

--sé que ha sido duro pero ya verás que con el tiempo va a pasar.

José Fernando tiene que hacer un esfuerzo por no mostrar su emoción por tenerlo delante. Está feliz por haberlo visto, por estar a solas con él. Le gustaría que sus sueños se hicieran realidad. Ángel los interrumpe. José Fernando lo mira con fastidio, le da rabia que ese momento en el que sólo estaban él y su amado no se alargara más. Ángel es amable con su primo.

--¿has visto que está sacando barriga? desde que tiene novia se está poniendo gordo. Anda que cuando se case --dice Ángel sobre Pepe.

José Fernando siente el punzón de los celos.

--¿te casas? --pregunta con dolor.

Muy simpático Pepe le dice:

--No le hagas caso a este tonto. No me caso nada. Dulce y yo solo somos amigos.

Ángel mira a Pepe con complicidad y dice:

--pero bien que vas a vivir tu luna de miel ¿eh? o no me vas a negar que ya habéis quedado este fin de semana para hacerlo?

Pepe está algo avergonzado, no le gusta que hablen de esas cosas. José Fernando se traga su dolor. No sabe qué decir, por suerte lo llaman para que vaya al coche. Se va muy triste. Mientras se aleja en el coche va mirando a Pepe con celos.

--yo soy virgen, deseo que él sea el primero, el único... si no estoy con él no voy a estar con ningún otro y no quiero que él sea de nadie. No mientras yo lo pueda impedir --se dice para sí.




Casimiro llega a casa de muy mal humor. Se enfrenta a su esposa. Los niños que ya tienen cuatro años se ponen a llorar. Fina los manda a la habitación y dice:

--¡no grites delante de los niños¡¡ya estoy cansada¡¡creí que ser padres nos uniría pero a nosotros nos pasa lo contrario¡

--¡lo que pasa es que tú te has olvidado de mi, ya me ignoras. Ni siquiera me has acompañado al funeral de mi mejor amigo¡

Fina se pone muy nerviosa. Piensa en que hizo el amor con el finado el mismo día en el que murió.

--fue un castigo, pero no puedo decir nada. Mi Pollo me mata dice para sí.


Rosario se dirige hacia la iglesia de Santa María para rezar ante la imagen del Rosario. Se topa con Dulce a la que ignora. Dulce la llama.

--¡por favor amiga no podemos romper una amistad de años por un hombre¡

--sí serás descarada ¡eres tú la que me has robado el amor de mi hombre¡

--eso no es así, no sé como pasó pero me enamoré. Pepe quiere vivir su primera vez con una chica virgen y bueno...

Rosario la abofetea:

--¡por eso me mal aconsejaste¡

--¡si te acostaste con los amigos de Pepe no es mi problema¡¡lo siento... perdiste¡¡te deberías alegrar por mi¡

Llena de celos Rosario dice:

--¡pues a ver si te puede cumplir porque con eso que dicen que es gay...¡

--eso lo dicen por envida... ya verás como que es bien hombre.

Rosario se va llorando. Dulce lamenta haberse enemistado con su amiga pero Pepe se le ha metido muy dentro y quiere que él sea el primero.


Sin sospechar lo ocurrido en realidad, los restos de Fernando son introducciones en el panteón familiar. Su madre y hermana están consternadas. Su hijo está en el limbo pensando en Pepe. Fátima se muestra discreta pero alguna que otra lágrima desliza por sus mejillas. Todos se van retirando. El cementerio queda solo. Nadie oye unos ahogados gritos que surgen del interior de la sepultura:

--¿¡qué es esto? ¿qué pasa? --es la voz de Fernando que despierta de la droga.

El hombre empieza a gritar como loco, da golpes, suplica que lo saquen de ahí pero nadie lo escucha. Nadie lo ayuda.




Pepe está en casa de su amigo Kiko que le bromea con lo de su primera vez.

--¿seguro que sabes como se usa su condón?

--no me gustan esas bromas.

Con cierta ironía Kiko le dice:

--¿no quieres unas clases práctica?

--¡claro como tienes tanta experiencia¡¡sólo lo has hecho una vez y con esa cualquiera¡ --dice con rin tintín.

--¡y que además era un témpano de hielo¡¡tú sí que tienes suerte porque lo vas a hacer con una virgencita. Además ella se te ofreció Menos mal que este regalo si que lo has aceptado porque ya creí que eras rarito.

--¿¿cómo crees? Yo tengo muchas ganas de hacer el amor pero yo lo quería hacer con una mujer mujer... con Sandra.

Los dos chicos aún se estremecen pensando en el top-less de la joven. Pepe sigue hablando:

--pero tienes razón, no debo pensar en ella. Aunque si te digo la verdad. No debí aceptar, no sé... todo es tan frío y yo me muero del miedo. Voy a quedar como un patoso. Además es una niña ¿y si me meto en un lío?

--si te calzas bien no va a pasar nada. Una mujer quiere un hombre y no un crío como nosotros. Tu practica con la que se te ofrezca y no te hagas rollos.


Sandra está en el apartamento que le puso Fernando nerviosa. Va mirando la hora. Confía que Fernando despierte en pleno entierro. Por un lado le da risa pensar en la reacción de la gente y por otra tiene miedo:

--¿y si lo entierran vivo?

Se arrepiente de su arrebato.

--¡yo le quería dar un susto¡¡ 

Pero no quiere meterse en un lío. Por eso no quiere dar aviso que el muerto está vivo. En realidad sólo le preocupa que Fernando muera por un motivo. 

--¡si muero me quedo en la calle¡¡¡¡sí seré imbécil¡


Al llegar a la casa de doña Antonia, Fátima busca el consuelo de su hijo pero el chico está como siempre en su propio mundo. Un mundo en el que sólo está él y Pepe. Se encierra en la habitación que siempre ocupó estando en la casa. Se estremece recordando que lo vio desnudo. Aunque la imagen se ha borrado de su mente sí recuerda que lo vio desnudo y eso lo excita mucho. Una lágrima asoma por su mejilla recordando las palabras de su primo:

--¡se va a acostar con una cualquiera¡¡será el fin de mis ilusiones¡¡si se llega a estrenar nunca será mío¡¡¡nunca¡

Aunque ya perdió la esperanza de que algo pudiera pasar entre ellos le duele saberlo de otra.

--¡porque lo tuve que saber, porque¡¡yo me voy en un par de días y seguro que ya sí no lo vuelvo a ver. Ojalá nunca me hubiera enterado de que una zorra que seguro no lo quiere le va detrás. No sé al menos tendría la ilusión de pensar que podría ser como yo y esa ilusión me haría feliz ¡¡yo lo amo y no voy a amar a más nadie¡¡si no me estreno con él moriré tal y como vine a este mundo... virgen¡¡



Al día siguiente, Fátima se ha ido al cementerio para despedirse de su marido. A pesar de que su matrimonio ya estaba roto la mujer ahora se siente perdida sin el hombre que la ha acompañado durante toda su vida. Pepe padre la ha seguido hasta ahí. Se encuentran cara a cara. Pepe sonríe con ternura. Fátima se queda paralizada. Recuerda ese beso que el hombre le robó y el hecho que a ella le gustara en esos momentos la hacen sentir pésimo. Pepe recuerda esa vez en la que la volvió a ver. Nunca pensé que se la volvería encontrar en ese mismo lugar pero que ella visitara la tumba de su marido.

--lo siento mucho --le dice él mientras se le acerca.

Fátima se siente tan mal porque nadie le hace caso que descarga su rabia en ese hombre al que abofetea y luego se va corriendo. Tras un primer momento de sorpresa, Pepe va tras ella. No tarda en atraparla.

--¡déjame en paz¡¡¿es que tú no respectas nada?¡

--¡yo ahora solo pienso en ti y en este fuego que me quema por dentro¡

--¡mi marido acaba de morir¡

--¡pero estás sola y olvidados por todos¡¡yo te iba a tratar como te mereces¡

Fátima llora:

--gracias por recordarme que mi vida es una porquería, si me hubiera muerto yo nadie me habría echado de menos¡

Muy angustiado él le dice:

--¡te prohíbo que hables así¡¡¡yo no habría soportado que te pasara algo¡

Fátima lo mira sorprendida:

--pero si apenas me conoces.

--te conozco lo suficiente para saber que te quiero hacer feliz..

--agradezco tus palabras pero no es el momento ni el lugar. Además yo me voy ya, posiblemente mañana y tal vez no vuelva más

--No te vayas, quédate a mi lado --le suplica a la sorprendida viuda.

Atrás ha quedado la sepultura de Fernando. Nadie ha oído sus desesperados y débiles gritos que en una lenta agonía acaba falleciendo y esta vez de verdad.



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Final

  Rosario y Pepe están conmocionados mientras que la policía se llevan los cuerpos de José Fernando y Lucas. En cierta manera, Pepe se sient...