viernes, 16 de julio de 2021

Final

 


Rosario y Pepe están conmocionados mientras que la policía se llevan los cuerpos de José Fernando y Lucas. En cierta manera, Pepe se siente culpable. Pepe llora lágrimas de sangre:

--Yo no supe ver lo que estaba pasando. No lo pude ayudar.

Muy triste por el dolor de su amado, Rosario le pone la mano en el hombro:

--tú no podías hacer nada.

Pepe no tiene consuelo:

--¿y cómo le explico yo eso a su madre? ¿y a mi padre? Fátima y mi padre han sufrido mucho, ahora podrían ser felices y en cambio ¿cómo se le dice a esa mujer que acaba de sobrevivir a la muerte que su hijo está muerto?

Rosario trata que Pepe se gire:

--Fátima tiene una hija con tu padre, saldrá adelante y tú también saldrás a adelante, esperamos un hijo.

Pepe se gira, acaricia a Rosario:

--has sufrido tanto y yo a ti tampoco te comprendí. A ti también te he perdido.

Rosario lo mira enamorada:

--a mi nunca me perdiste, yo siempre te amé.

Rosario y Pepe acercan sus labios, están a punto de besarse pero los interrumpe un policía:

--me tienen que acompañar, tienen que declarar.

Rosario y Pepe se apartan el uno del otro con cierto pudor.  No se dicen nada pero ella le ofrece la mano y él se la toma y salen agarrados de la mano y van hacia la comisaría.




Mientras, en una clínica, Fátima está en la ventana. Mira al pueblo. Poco a poco, con ese pueblo bajo sus pies, todos sus recuerdos vienen a su mente: cuando conoció a su marido, el nacimiento de su hijo, las humillaciones por las que la hizo pasar Fernando, la aparición de Pepe en su vida, su primer beso, su primera vez. Su rostro se llena de lágrimas. Se abre la puerta. Entre Pepe. Ella le sonríe. Él se acerca a ella. Trata de ser fuerte para que ella no note lo que ha pasado. La acaricia:

--me alegro verte mejor, Fátima, estoy segura que dentro de poco volverás a ser la de antes.

--¿y mi hijo? Acabo de recordar que tengo un hijo. No sé porque lo olvidé todo excepto a ti.

Fátima se siente mal de haber olvidado a su hijo y no a Pepe. A Pepe se le escapan unas lágrimas. No le quiere decir que su hijo ha muerte y cambia de tema:

--¿sabías que esperabas un hijo mío?

Fátima lo mira emocionada:

--aún no tengo claras muchas cosas ¿tuvimos un hijo?

--Si, se llama Maria Belén. Ella está un poco aturdida. No sabía que eras su mamá.

--No entiendo.

--es una larga historia, luego te la explico. Estoy seguro que vas a querer mucho a nuestra hija.

El hombre sale pero entra al rato con Maria Belén de la mano. Fátima mira a su hija llorosa. María Belén se acerca a ella con curiosidad:

--Yo vi una foto tuya.

Fátima se pone en cuclillas para abrazar a esa niña. No dicen nada, pero se funden en un cálido abrazo empezando a reconocerse como madre e hija. María Belén siente por primera vez el amor verdadero de una madre 


Pepe hijo y Rosario llegan a la casa de José Fernando.

--es tan duro tener que volver aquí, después de lo que ha pasado.

--Es mejor que estemos juntos y yo no quiero volver a casa de Sandra. La policía tiene rodeada las dos casas por si aparece Sandra, tenemos que estar juntos.

--esa mujer es tan loca pero yo prefiero quedarme aquí, a ver si Carmelo me llama o sino lo tengo que ubicarlo, tiene derecho a saber que su hermano ha muerto.

--entonces esperamos aquí. Ángel no debe tardar en venir.

Pepe va mirando esa casa en la que pasó buenos momentos en su adolescencia:

--me parece una pesadilla. Yo conocí a José Fernando hace tantos años, lo veía como alguien muy lejano,  hasta creí que me odiaba. Nunca llegué a pensar lo que él sentía, ese sentimiento que lo volvió loco. ¡¡hizo lo posible por separarnos¡¡¡te violaron, por mi culpa te violaron¡¡

Pepe llora derrotado y Rosario lo abraza:

--ya está, yo quiero olvidar el pasado. Lo que más quiero es olvidar y ser feliz a tu lado.

Pepe la mira con ternura pero desconcertado:

--después de todo lo que ha pasado. Después de todo lo que has sufrido por mi culpa, yo he sido tan injusto contigo¿como puedes querer volver a mi lado?

Rosario le sonríe. No dice nada. Sólo le da un tierno beso en la mejilla que con los ojos cerrados él disfruta. Luego ella toma la mano de su amado y se la pone en el vientre de ella:

--aquí crece tu hijo, es una parte de ti y de mi.¿no crees que por ese hijo tuyo y mío que crece en mi vientre merece la pena que lo intentemos? Sin olvidar lo mucho que te amo. Eres el gran  amor de mi vida.

Pepe mira a Rosario emocionado, acercan de nuevo sus labios, casi se rozan. Tocan al timbre. Se separan con un sabor de frustración. Es Ángel y aunque no le dicen nada tiene la impresión que ha interrumpido algo.


Por su lado, Sandra trata de huir de la policía. Llega al apartamento del chico del laboratorio que la ayudó a falsificar los análisis de paternidad. El hombre se asusta.

--¿qué haces aquí?

Sandra está desesperada: lo apunta con el arma que se ha llevado.

--¡¡tú me vas a ayudar,  sino te hundo conmigo¡¡tengo escondido dinero, lo vamos a repartir pero pobre de ti que me traiciones porque mis cómplices van a acabar contigo¡¡

El hombre traga saliva:

--¿que es lo que quieres?

Con ansiedad, Sandra dice:

--¡¡me tienes que dar algo¡¡


Al día siguiente, Rosario junto a Pepe y Ángel vela los restos de Jose Fernando. Oyen un llanto desconsolador, es Fátima que llega junto a Pepe. Fátima se abraza con amargura al féretro de su hijo. Pepe está detrás de ella angustiado. Su hijo se pone a su lado:

--¿porqué la trajiste? esto no puede ser bueno para ella.

Con miedo a que tenga razón, Pepe padre dice:

--no se lo podía ocultar.

Fátima, con un llanto desgarrador, acaricia el ataúd de su hijo:

--¿qué te pasó, mi amor? No te supe cuidar, todo fue mi culpa. Yo no estuve a tu lado para ayudarte.

Pepe hijo se siente culpable de lo que pasó, se acerca a Fátima con timidez:

--le juro que yo no quería que esto pasara, yo...

Pepe hijo llora, no le salen las palabras. Fátima lo acaricia, luego se hunde en brazos de su amado. Pepe padre trata de calmarla:

--piensa en tu hija, tienes que ser fuerte y piensa en mi,  los dos hemos sufrido tanto, ahora podemos ser felices.

Fátima no dice nada, sólo llora. Carmelo y Antonia llegan en ese momento. Rosario no se da cuenta. Carmelo pone sus manos en los hombros de su madre:

--ya llegué, mamá.

Rosario se gira. Acaricia a su hijo emocionada:

--mamá,  me llamaste mamá.

Carmelo la mira con emoción:

--eso eres,mi mamá.

Madre e hijo se abrazan. Luego mientras Rosario abraza a Antonia, Carmelo se acerca al féretro. Pone su mano sobre el ataúd:

--descansa en paz, hermano. Me hubiera gustado conocerte mejor.

Y Fátima que estaba en brazos de Pepe se gira y se impresiona mucho ya que Carmelo es el vivo retrato de José Fernando:

--hijo... eres tú.

Fátima no dice nada más, ya que ante el estupor de los otros que no saben qué decirle, se desmaya.



Por su lado, Sandra está con su cómplice el abogado.

--¡¡esto es una locura¡¡mejor es que escapes¡¡estás metida en un buen lío¡¡

--¡¡no,  yo no voy a huir. Esto es mi mejor alternativa¡¡ luego te daré mucho dinero¡¡

--pero hacerte pasar por muerta ¡¡es una locura¡¡

--¡¡justo después de mi entierro tú me vienes a buscar. Un amigo mío estará ahí y te ayudará. Supongo me enterrarán  rápido y no habré despertado. Tú te puedes ocupar que me entierren rápido ¡¡todos me darán por muerta y podré huir tranquila ¡¡

--¡¡es muy peligroso¡¡

--¡¡me ayudas o me ayudas¡¡¡si me traicionas vivirás perseguido porque tengo muchos cómplices¡¡

--Está bien ¿y cuando lo vas a hacer?

--¡¡quiero volver a la casa de José Fernando, aprovecharé  ahora que está vacía.  Necesito más dinero¡¡

--¡¡no puedes volver a esa casa,  debe estar rodeada por la policía¡¡

--ellos saben que soy demasiado inteligente. No van a creer que me vaya a asomar por allí¡¡

Mientras la pareja sigue hablando se dan cuenta que la policía ha rodeado el apartamento. 

--¡¡ya estamos perdidos¡¡¡no vamos a poder escapar¡¡

--claro que sí, me buscan a mi. Tú sal por la ventana. Te espero en mi entierro --dice ella.

El abogado no se lo hace repetir. Sandra se toma la medicina que su otro cómplice le dio y la policía se la encuentra tirada en el piso. La dan por muerta. Como ven que huye y lo ven sospechoso, sí persiguen al abogado que al tratar de huir es atropellado por un carro y muere al instante.


Fátima recobra el conocimiento, Pepe padre trata de animarla. Carmelo está con ellos:

--yo no soy su hijo señora. Soy Carmelo. José Fernando era mi hermano.

Fátima está muy aturdida, Rosario se acerca a ella:

--no es el mejor momento pero... su marido me violó. Carmelo es hijo mío y de su esposo.

Fátima siente que ha salido de un infierno para caer a otro. Pepe padre trata de hacerle sentir su amor para que no acabe enloquecida de verdad. Maria Dulce, la esposa de Kiko, entra en ese momento. Se acerca a Ángel. Muy nerviosa le pide las llaves de su casa:

--¿¿qué te pasa?

--quiero comprobar algo.

Ángel no está para preguntas y se las da sin decir nada.


Kiko y Gabriela han hecho el amor en casa de Ángel. Él se viste a toda prisa. Está sofocado.

--todo esto ha sido una locura, no debi dejarme llevar.

Gabriela lo besa:

--tú me gustas o yo a ti. Así no le hacemos daño a nadie.

--pero si Ángel y Dulce se enteran que somos amantes van a sufrir mucho.

Ninguno de los dos se da cuenta que Dulce ya ha entrado en la casa y ha escuchado lo que dicen. Kiko no puede con sus remordimientos:

--¡¡es que esto va a acabar mal,  ya tenemos en nuestra consciencia un crimen¡¡este pobre chico al que atropellé estando contigo y que casi mato¡¡

--¡¡pero no murió¡¡

--¡¡pero lo dejamos tirado y eso es un delito¡¡¡podemos ir a la cárcel¡¡

Es entonces cuando Dulce se da a conocer:

--¡¡e irán a la cárcel porque no los puedo denunciar por ser amantes pero sí por el delito que cometieron¡¡

Gabriela se enfrenta a ella:

--¡¡no podrás probarlo¡¡

Kiko está abatido, siente que todo ha acabado.


Entre el dolor de su familia, José Fernando es sepultado en el mismo panteón en el que reposan su padre y su abuela. Fátima de rodillas y de negro llora destrozada. Con ella está Pepe. A su lado está Carmelo, muy triste, con Antonia. Detrás Pepe y Rosario, de negro y tristes. Ángel está con Dulce y otros familiares. Luego es el entierro de Sandra al que no asiste nadie. En la noche, el chico del laboratorio entra en el cementerio dispuesto a desenterrar a Sandra para hacerla volver. Pero el vigilante lo sorprende. En seguida llama a la policía. Al ver que lo arrestan, el hombre se desespera:

--no lo entiende, no hay tiempo ¡¡si no la sacamos de ahí, va a morir¡¡

--¡¡usted es un ladrón de tumbas   ya explicará lo que tenga que explicar en el juicio¡¡ --le dicen.

--¡está viva¡esta mujer está viva¡

Lo meten en la cárcel y nadie escucha su grito. Creen que está loco o que es una excusa para justificar que iba a robar. Mientras Sandra, metida en su ataúd, no entiende porque nadie la ha sacado aún. Golpea hasta quedarse sin fuerzas:

--¿estúpidos, no se van a librar de mi ¡¡¡jamás¡¡jamás¡¡ --y va gritando y golpeando la caja ante que sus fuerzas la consume y acaba muriendo.



En la casa de Jose Fernando, la familia se reúne para hablar de la herencia. Rosario se entera que no es la viuda de José Fernando y Pepe no desea la herencia de Sandra al saber que provenía de José Fernando. Rosario y Pepe acuerdan que todo se lo quede Fátima. Ésta que está al lado de su Pepe dice:

--esta casa no me corresponde a mi, era de mi primer esposo. No me trae buenos recuerdos pero mi hijo la quería y no quiero que se venda

Mira a Carmelo que está con Antonia y dice:

--tú eres el heredero de mi marido, esa casa te corresponde. Quiero repartir la herencia de mi hijo contigo. Tu hermano es lo que querría.

A Carmelo le gusta la casa pero no que sea de su padre

--¡¡no, yo no quiero nada de ese hombre, de su esposo ¡¡ --Carmelo.

Rosario se acerca a él:

--hijo, yo no le guardo rencor a ese hombre porque gracias a él te tengo a ti. Y es la casa de José Fernando. Es tu hermano. A él le gustaría que te la quedaras. Te hará falta dinero  ahora que vas a tener un hijo.

--está bien.

Carmelo abraza a Antonia y Fátima abraza a Pepe. Luego mientras Rosario atiende una llamada, Pepe habla con Ángel:

--¿y qué pasó con Kiko y Gabriela?¿se van del pueblo? si no irán a la cárcel.

--Ya que Carmelo no presentó cargos pues son libres. Pero que yo sepa no están juntos, aunque tampoco me importa.

Rosario se acerca a Antonia, está triste. Una  vecina le ha contado algo:

--tu padre está en el hospital, tiene un coma etílico. Está muy mal, no va a sobrevivir

Antonia y Carmelo se abrazan.




Días después...

Carmelo está hablando con Rosario, están en la casa de José Fernando.

--¿así no te quedas aquí, mamá?

--No, yo prefiero ir a la casa de mi hermana. Ya que Antonia no se quiso quedar con esa casa Pepe y yo viviremos allá.

--Yo tampoco quiero volver allá, que Dios lo haya perdonado pero Casimiro no fue bueno con nosotros.

--A mi esa casa me trae recuerdos de mi hermana. No quiero vivir aquí, aunque creo que es prematuro que viváis juntos.

--mamá, vamos a tener un hijo y ya que el dinero no nos falta, no tendremos que trabajar,  seguiremos estudiando.

Pepe entra en ese momento:

--ya están las maletas en el carro.

Rosario y Pepe se miran muy enamorados. Rosario y Carmelo se abrazan. Antonia baja en ese momento. Carmelo la abraza. Los dos miran la casa:

--nuestra casa, nuestro hogar. Tuyo y mío.

Los adolescentes se miran muy enamorados. Rosario entra en el coche, Pepe está a su lado. Se sonríen. 

--¿vamos a nuestra casa, señora? --dice él con dulzura.

--es un sueño, es un sueño que vayamos a estar juntos.

él sonríe muy seductor y se pone en marcha.


1 año después... Suenan campanas de boda. Fátima, precedida de la pequeña María Belén, recorre el altar. Vestida de blanco pero sin velo. En el altar la espera Pepe padre. Traga saliva. Es su sueño hecho realidad. Pero no es la única novia. Rosario va detrás de ella. Al lado de su padre está Pepe hijo con lágrimas en los ojos. No puede creer que después de todo lo que ha pasado al fin se case con la mujer de su vida. Y Antonia es la tercera novia. Carmelo le guiña el ojo. Los tres novios, muy guapos ellos, se miran con complicidad compartiendo su felicidad, sus nervios. Blancas y radiantes Fátima, Rosario y Antonia recorren el pasillo que las lleva hacia sus amados. Las tres parejas de novios se toman de las manos y con el amor en sus miradas unen sus vidas para siempre. Otra pareja sigue la ceremonia feliz: Dulce y Ángel se han casado y esperan un hijo. Los dos comparten su dicha con el hijo de Dulce y Kiko. Con un te amo y un beso acaba la triple ceremonia. Maria Belén es la primera en felicitar a sus papás. Luego estos novios se hacen atrás. Antonia va a buscar a su bebé, Alejo. Rosario a su hija Fina. Luego estos dos pequeños son bautizados ante la mirada de los felices papás Carmelo y Pepe. Antonia y Carmelo; Pepe y Fátima; Pepe y Rosario son la estampa viva de la felicidad.


fin





Capitulo 41







José Fernando está muy sorprendido con la revelación de su "esposa".

--¿¿tú eras la amante de mi padre??¡¡pero sí eras una niña, zorra¡¡

LLorando Rosario le dice:

--¡¡ya te dije que tu padre me violó¡¡

--¡¡mi padre era un gran hombre¡¡ --dice José Fernando tratando de abofetear a la mujer.

Mas no llega a golpearla porque Carmelo le agarra el brazo y se lo retuerce:

--¡¡ni se te ocurra golpear a mi madre¡¡

--¡¡tú madre es una perdida que se le regaló a mi padre y a ti te abandonó¡

Llorando, Rosario va haciendo que no con la cabeza. Carmelo mira a Rosario impactado:

--¿tú eres mi madre en serio?

Ella hace que sí con la cabeza. Enloquecido, José Fernando dice:

--¡¡¿¿y cómo vas a ser la madre del hijo de mi padre sin ser su amante, perdida?¡¡

Tanto Carmelo como José Fernando están sofocados pero el tono de voz de Carmelo es más dulce, hay más sorpresa que rechazo:

--¡¡ya te he dicho que a mi madre no le faltes al respeto¡¡¡¡Ella era una niña, fuera consentido o no estaba penado por la ley. Tu padre debió ir a la cárcel por lo que le hizo a mi madre¡¡

José Fernando no soporta que hablan mal de su padre:

--¡¡tú y yo somos hermanos, ¿¡¡cómo puedes ponerte en contra de tu sangre?¡

--Yo soy la prueba del delito de tu padre.

Muy molesto, José Fernando se va de la casa. Madre e hijo se miran con lágrimas en los ojos. Carmelo sonríe con dulzura:

--yo lo sabia. Cuando, tras mi accidente, abrí los ojos y te vi supe que eras mi madre. ¿¿porque no me lo dijiste entonces?

Rosario acaricia con timidez a su hijo, él no la rechaza aunque le duele que no lo haya querido como su hijo:

--¿porque me abandonaste y dos veces?

--Yo era una niña y no sabía cómo pasó. No sé, ese día me drogaría y yo... es que me encontré embarazada y no supe cómo. Mi hermana estaba embarazada de Antonia y ella se hizo cargo de los dos.

--¿Entonces Antonia no es mi hermana?

Al decir esas palabras, por la mente del chico viajan todos los momentos de su angustioso romance, las veces que él le dijo a ella que no se podían querer porque eran hermanos, su noche de amor. El momento del accidente. Sonrie enamorado.

--¡¡No es mi hermana, sí nos podemos amar¡¡

--¿de que hablas? --sorprendida 

--¿¿donde está ella?¡¡ahora entiendo su extraño compartimiento. No se atrevería darme la cara sabiendo que yo no sabía lo que pasó. --dice él ansioso.

--No entiendo nada.

--Antonia y yo estamos enamorados.  

Rosario se lleva las manos a la cabeza, se siente más culpable aún por lo que hizo al imaginar el sufrimiento de los dos adolescentes. Carmelo ya lo recuerda todo:

--yo te odiaba porque nos abandonaste.

--tuve mis motivos..

--eso ya no importa. Lo que más me dolía es que al faltar tú yo me refugié en Antonia. Te culpaba por amarla, por mi sufrimiento. Pensaba que si tú no te hubieras ido no me habría enamorado de ella ¡¡y no era mi hermana¡¡ hicimos el amor la noche de mi accidente. Yo me quería morir y salí de la casa y fue cuando me atropelló ese auto.

--¿¿tú?? ¡Tu eres el padre del hijo que espera Antonia¡

Carmelo se lleva las manos a la cabeza:

--¿¡Antonia está embarazada?¡

En un mismo momento no sólo Rosario se descubre como madre sino también como abuela.




Pepe ha ido a tirar la basura. Se lo encuentra José Fernando. Lo mira con cariño. Pepe pasa de largo. José Fernando quiere retenerlo a su lado:

--que coincidencia que tu mujer heredara esta casa. --dice con ironía.

Pepe no le dice, nada. José Fernando lo agarra del brazo. Se estremece al tocarlo. Pepe se suelta con violencia.

--sé que no somos amigos pero necesito hablar.

--¡¡tus problemas no son cosa mía¡¡ --dice Pepe acercándose a la puerta de la casa.

--¡Rosario tuvo un hijo con mi padre,  fue su amante cuando era una niña¡¡

Pepe se gira:

--¿de qué hablas?

--Me lo acaba de confesar con frialdad. Carmelo es su hijo, lo ha hecho pasar por su sobrino para que nadie supiera que se acostaba con mi padre.

Pepe se lleva las manos a la cabeza:

--¡eso es imposible¡¡

--Yo siempre supe que Rosario era una ramera pero esto es demasiado ¡¡era la amante de mi padre siendo una niña. No debí casarme con ella. Cuando nazca mi hijo se lo voy a sacar y me voy a ir lejos. Nunca sabrá nada de él, en especial si es niña. No quiero que salga una zorra como la madre¡¡

Pepe no dice nada, está muy decepcionado de Rosario. Entra en su casa, José Fernando se lo queda mirando frustrado por lo mucho que lo desea y porque sabe que nunca será de él. Pepe entra furioso. Recuerda momentos románticos con esa joven que siempre lo persiguió y él siempre rechazó. Da golpes a la pared con rabia:

--¡¡ES UNA ZORRA¡¡UNA ZORRA¡¡


Carmelo, por su lado, se lleva las manos a la cabeza. Se sienta en una silla impactado al saber que Antonia va a tener un bebé:

--papá, voy a ser papá. --dice con una tierna sonrisa.

Rosario se sienta a su lado y le acaricia la mano:

--ahora entiendo todo. Rosario no te podía decir que estaba embarazada si tú no recordabas nada.

Carmelo mira con desesperación a Rosario:

--¿¿donde se fue ella?

Tomada de la mano de su hijo, Rosario le dice:

--aunque me da pena decirte esto,  no quiero que pienses que no te quiso. A mi me violaron cuando tú eras pequeño. Sé que fui egoísta pero no lo pude soportar. Por eso me fuim

Carmelo está muy ansioso por encontrar a su amada. Le duele el dolor de su madre, la abraza sin reproches:

--¿Dónde está Antonia?

--Yo la vi tan angustiada, no quería que nadie supiera de su estado, le propuso hacer pasar su hijo por mi hijo.

--¿¿como se te ocurrió hacer con ella lo mismo que hicieron contigo?

--bueno... es que...

Carmelo no la deja seguir:

--¡¡es mi hijo¿mi hijo¡¡¿¿dónde está ella?







Antonia le gusta pasear por la playa a media tarde. La separan kilómetros de su amado pero aún así no puede olvidar lo mucho que lo ama. Lleva su semilla en el vientre.

--no puede ser.--dice acariciándose el vientre-- yo sé que tú no tienes la culpa de nada pero tu papá casi se muere por este amor que yo me debí tragar.

--¡¡Antonia¡¡

La joven reconoce la voz de su amado. No se lo cree. Se levanta. Los dos están frente a frente aunque con distancia. Él corre hacia ella. Ella se asusta y corre hacia el otro lado.

--¡¡Te amo Antonia¡¡

La joven se para, se gira:

--¡¡no te acerques¡¡

Ella está muy nerviosa. Él se para y la mira enamorado:

--¡¡no somos hermanos¡¡

Antonia lo mira sorprendida:

--¿¿de que hablas?

--¡¡que tu mamá no era mi mamá¡¡¡yo soy hijo de la tía Rosario¡¡

Antonia se ha quedado de piedra. Carmelo corre hacia ella y la abraza.

--¡¡te amo, te amo. Ayer supe que no eres mi hermana y recordé que te amo¡¡

Ella tiembla en sus brazos. Llora de felicidad:

--¿pero como?

Carmelo acaricia el vientre de su amada y dice:

--tu madre hizo con Rosario lo que ella te propuso a ti. Yo sé que esperas un hijo mío y que se lo ibas a dar a Rosario para que hiciera creer a todos que tuvo gemelos. Así pasó con nosotros,  no somos gemelos. Somos hijos de dos hermanas que nacimos a la vez.

Antonia acaricia a Carmelo con ternura:

--no eres mi hermano.

Muy pegado a ella dice:

--no, sólo soy un hombre que te ama y al que le encanta que le ames, soy el padre de tu hijo.

Antonia lo besa con desesperación:

--¡¡te amo, te amo¡¡

Los dos se miran llorosos y con lágrimas en los ojos:

--dimelo siempre. Dime siempre que me amas --dice él.

--te amo.

--te amo.

Los dos se besan y se acarician. tomados por la mano caminan por la orilla del mar sin poder creer que toda esa dicha sea cierta.





Rosario sale de la casa de Jose Fernando triste. Aunque se ha sacado un peso de encima porque ya la verdad se sabe no deja de angustiarle el pensar que su hijo no la vaya a aceptar.

--vaya, vaya, si aquí está la perdida del pueblo..

Detrás de ella está Pepe que le habla con ironía y reproche. Rosario se gira y lo mira triste:

--no estoy de humor para reproches.

Sangrando por la herida, Pepe le dice:

--¡¡sí, ya me enteré que te revolcabas con el padre del que ahora es tu marido y que le diste un hijo al que abandonaste¡¡

Rosario lo mira con rabia y lo abofetea:

--¡¡me violaron y fue tu culpa¡¡¡Yo estaba loca por ti y cuando un niño me mandó un refresco de parte de alguien pensé que era de ti, ya no recuerdo lo que pasó sólo que al poco tiempo estaba embarazada¡¡¡

Pepe mira a esa mujer con lágrimas en los ojos. Pepe padre llega en ese momento muy alterado:

--que bueno que están juntos.¿donde están Sandra y Jose Fernando?

--Sandra está dentro.

--José Fernando no sé.

Sandra que oye que hablan de ella se acerca a la ventana que está abierta y escucha sin ser vista.

--¿¿pero que pasa papá?

--¡¡Fátima está viva¡¡ --Pepe padre habla muy ansioso.

--¿¡de qué Fátima hablas?¡ --Pepe.

--¡¡pues de la mujer que amo, de la madre de su marido¡¡ --dice señalando a Rosario.

--¿ella no murió? --Rosario.

--¡¡No, la encerraron en una clínica para hacerla desaparecer,  la han drogado durante años¡ ni recuerda su nombre. Sólo recordaba --con emoción-- mi nombre. Me la he traído desde Barcelona,  está en la clínica de aquí¡¡

--No entiendo. ¿¿tú me dijiste que murió?

--la policía ya ha hecho detenciones. Cayó uno y en  el interrogatorio confesó todo. Hijo, Sandra mandó desaparecer a esa mujer por rabia ya que Sandra fue la amante del marido de Fátima. Maria Belén es mi hija.

--¿¡cómo¡? --Pepe incrédulo..

Pepe padre habla con mucha emoción:

--hija mía y de Fátima. La cuestión es que te vine a avisar para que lo supieras,  van a detener a Sandra.

Al verse descubierta, Sandra agarra un arma que tiene escondido y a través del patio se esconde en la casa de al lado. La de José Fernando.





Sin imaginar todo lo que está pasando, José Fernando está recibiendo a Lucas por la parte de atrás. Rosario le pide a Pepe que la acompaña a hablar con Jose Fernando.

--alguien le tiene que decir que su madre está viva y prefiero que estemos los dos.

Aunque no le hace ninguna gracia entra. Lucas se enfada cuando José Fernando le dice que ya no requiere de sus servicios y le exige más dinero. 

--ahora te traigo el dinero,  no te muevas de aquí.

Sandra, está escondida, y al oir la palabra dinero decide que ella también lo va esperar. Al ir a subir por las escaleras, Jose Fernando se sorprende al ver a Rosario y Pepe juntos. Se muere de los celos.

--¿¡que significa esto?¡

Pepe se acerca a Jose Fernando, le pone las manos en los hombros. José Fernando suspira enamorado pero su rostro se le desencaja cuando Pepe le cuenta lo que pasa, también le cuenta que Maria Belén es hermana de los dos. Son demasiadas cosas, por un lado emoción al saber que su sangre y la de Pepe están unidas en otro ser, por otro lado desconcierto, no puede creer que Sandra haya hecho eso, además miedo que descubran a Lucas.

--¡¡fuera, fuera de mi casa los dos¡¡

Jose Fernando está enloquecido, Pepe y Rosario se van hacia la puerta. Jose Fernando se va antes que la pareja llegue a salir. Se reúne con Lucas pero justo cuando Lucas va a tomar el dinero Sandra los apunta con el arma y le quiere quitar el dinero. Lucas no se le permite y forcejea con ella. Se les escapa un tiro al aire. Pepe corre hacia el lugar de los hechos. 

--llama a la policía --le dice Pepe a Rosario.

Lucas es el que tiene la pistola ahora y exige el dinero. José Fernando está dispuesto a dar dinero a los dos pero no se lo quieren repartir y tanto Sandra como Lucas exigen todo el dinero para ellos.

--¡¡si no me das el dinero a mi yo diré a todos que eres gay, que amas a Pepe, que te quieres acostar con él y que por eso armamos todo eso de que Maria Belén era su hija para que no se casara con Rosario, le diré que yo truqué los resultados y que Pepe es el padre del hijo que espera Rosario ya que tú jamás la tocaste ya que eres mujer como ella¡¡

Pepe que se acercaba al lugar de los hechos lo ha oído todo y se ha quedado de piedra. Los otros tres no se han dado cuenta de nada. Después de llamar a la policía, Rosario se acerca a Pepe, Pepe no la deja pasar y los dos se quedan quietos apartados. Así oyen como Lucas dice mirando a Jose Fernando:

--¡¡yo siempre lo supe¡¡degenerado¡¡ tú te querías acostar con el tal Pepe, por eso me pagaste para que lo separara de aquella novia que tuvo haciéndole creer que era gay, por eso me pagaste para violar a la que ahora es tu esposa y me pagaste para que yo me acostara con ella en la noche de boda¡¡

Rosario se hunde en brazos de Pepe que está horrorizado.

--¡¡eres asqueroso y un cobarde que nunca has podido luchar por el hombre que ama¡¡--dice Sandra.

Pepe y Rosario se quedan ocultos ya que están demasiado impactados por lo que han oído. Desesperado y descubierto, Jose Fernando se tira hacia Lucas para sacarle la pistola:

--¡¡tú no vas a contar nada,  nadie va a saber que yo amo a Pepe y lo que hice para separarlo de la ramera de Rosario y quedarme con el hijo de Pepe que esa ramera lleva en su vientre¡¡

Lucas y Jose Fernando forcejean y el arma se dispara. Lucas cae muerto a los pies de Jose Fernando. Jose Fernando tiene el arma en sus manos y las manos manchadas de sangre. Está asustado lo que ha hecho. Y además se da cuenta que Pepe y Rosario abrazados lo están mirando como si fuera un monstruo. Sandra aprovecha el desconcierto para huir con el dinero. Con un hilo de voz, Jose Fernando dice a Pepe:

--¿cuánto llevan ahí?

Rosario tiene el rostro desencajado por el dolor y el horror. Pepe la acaricia. Pepe mira a Jose Fernando con rencor:

--¡¡lo suficiente para despreciarte y mandarte a la cárcel, maricón, desgraciado¡¡

Jose Fernando ve demasiado odio en los ojos de Pepe, sabe que ese es el final y se apunta con la pistola en la sien. Al ver lo que va a hacer, Pepe suelta a Rosario y, a pesar del odio hacia él, trata de evitar la tragedia, pero antes que llegue hacia él Jose Fernando le dice con lágrimas de sangre lo que jamás se atrevió a decirle:

--te amo.

Y se dispara en la sien y cae a los pies de Pepe. Pepe lo mira con compasión. Rosario grita horrorizada.





Final

  Rosario y Pepe están conmocionados mientras que la policía se llevan los cuerpos de José Fernando y Lucas. En cierta manera, Pepe se sient...